El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), José Manuel Fernández Alvariño, vive en un bucle de mociones de censura. La última de ellas fue acordada esta misma mañana por el sector crítico de la patronal empresarial gallega, liderado por las confederaciones de A Coruña y Lugo y algunas sectoriales, que instaron a la convocatoria de una asamblea extraordinaria para el 27 de noviembre. El objetivo, provocar la salida forzosa del empresario vigués.

La reunión se celebró sin la presencia del propio Alvariño y con la ausencia del presidente de la patronal de Pontevedra, Jorge Cebreiros. En el mismo encuentro se dio cuenta asimismo de la dimisión en pleno de la comisión de economía de la CEG así como de su contador, Alejandro Cruz.