El vicepresidente mundial del grupo Volkswagen, Francisco Javier García Sanz, informó al ministro de Industria, José Manuel Soria, de que los vehículos afectados en España por "irregularidades" en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) son 50.000. El fabricante alemán, sin embargo, se comprometió a devolver las ayudas del Plan PIVE de aquellos vehículos que las hayan recibido sin corresponderle, por el supuesto cumplimiento de la normativa en materia de emisión de gases contaminantes.

La factura para la compañía germana puede llegar a un máximo de 50 millones de euros, según cálculos de Soria, si todos los automóviles afectados -esos 50.000 en España- se han beneficiado del Plan PIVE, por el que cada unidad recibía una ayuda de 1.000 euros.

El consorcio automovilístico anunció el pasado martes que en todo el mundo hay 800.000 vehículos de sus marcas que presentan problemas en la certificación de emisiones de CO2, de los cuales 80.000 son de gasolina. Estas cifras se enmarcan en la investigación que el grupo realiza en 9,5 millones de unidades con el motor diésel EA189 Euro 5 potencialmente manipulados para alterar los niveles de gases contaminantes cuando son sometidos a una inspección.

Investigaciones en marcha

El fabricante alemán no concluyó las averiguaciones sobre las emisiones de CO2, por lo que no facilitó ni las marcas ni los modelos que presentan esas "irregularidades".

El ministro de Industria aclaró ayer que en la entrevista con García Sanz, éste le reiteró el compromiso del grupo Volkswagen de mantener la inversión de 4.200 millones anunciada para la planta de Seat en Martorell (a la que destinará 3.300 millones) y la de Volkswagen en Landaben (Navarra).

Sobre este asunto, el secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, aseguró que el vicepresidente de Volkswagen también le confirmó a él que mantiene dichas inversiones. "Nos ha garantizado, aunque la garantía la dará el mercado si finalmente se compran los coches, que las inversiones se van a realizar", sostuvo Toxo, tras mantener una conversación con el directivo del fabricante alemán.