La firma coruñesa PecoFacet Ibérica -centrada en el desarrollo de sistemas de filtración, tanto de combustibles como de agua- registró un crecimiento sostenido en los últimos ejercicios de alrededor del 10% anual (tasa que mantiene este año), lo que provocó que su fábrica del polígono de Sabón (Arteixo) se le haya quedado pequeña. Para acabar con esta limitación de espacio, la compañía inauguró ayer su nueva sede administrativa, un proyecto en el que invirtió dos millones de euros de recursos propios y que permitirá tener por un lado al personal de oficinas y por otro -en las viejas instalaciones- los departamentos de producción.

El nuevo edificio de la empresa dependiente del grupo estadounidense Clarcor -una obra de diseño y a la vanguardia arquitectónica- ocupa 1.800 metros cuadrados, justo al lado de la nave antigua, y emula un filtro, en clara referencia a la actividad de la propia compañía. Un inmueble en el que empezarán a trabajar ya desde mañana los 55 trabajadores de la parte administrativa de PecoFacet Ibérica mientras que los 45 de producción seguirán en su ubicación actual. "Esta división nos permitirá estar preparados para el crecimiento futuro de la empresa. La nueva sede cuenta con espacio para más de 80 personas y la vieja, al sacar las oficinas de allí, permitirá liberar 1.000 metros cuadrados", explicó el director general de PecoFacet Ibérica, Cándido Cancelo, durante la presentación a los medios -previa al acto de inauguración con plantilla, familias y representantes de los proveedores de la obra- de las nuevas instalaciones. El directivo estuvo acompañado por la arquitecta Julia Míguez y el director comercial y apoderado de la firma coruñesa, Tomás Sánchez. El inmueble inaugurado ayer cuenta con dos plantas pero está pensado también para futuras ampliaciones, "diseñado para levantar una tercera si es necesario".

El edificio fue ideado por el estudio de arquitectura ACXT-IDOM y para su construcción se recurrió únicamente a proveedores gallegos, una "decisión personal" de Cancelo. El material principal (el 66%) es vidrio y solo el 33% hormigón, lo que facilita uno de los objetivos del diseño, captar la mayor luz ambiental posible sin que moleste en el interior. De hecho, el sistema eléctrico carece de interruptores y se regula automáticamente en función de la luminosidad del día, lo que permite un importante ahorro energético.

El edificio busca la eficiencia en todos los detalles, pero también la comodidad y crear un ambiente agradable tanto en el interior como en el exterior. A la entrada de la sede administrativa hay un jardín con olivos "que hace olvidar el paisaje lúgubre" del polígono de Sabón y otros patios del edificio están decorados por grandes filtros -desechados de un proyecto de Canadá- para crear un ambiente especial en la empresa. El interior cuenta con un sofisticado mobiliario que busca dar "la mayor comodidad" a los trabajadores y a las visitas, a lo que contribuyen también estancias como una pequeña cocina y un comedor. Un proyecto en el que Clarcor dejó independencia total a PecoFacet Ibérica. "Mientras nos vaya bien, como ahora, hay independencia", bromeó Cancelo.