El pasado mes de agosto Galicia fue la última comunidad donde apareció una estación de servicio con el litro de diésel por debajo del euro. El precio medio del barril de Brent, referencia para Europa del coste del petróleo, anotaba mínimos de una década con 44,13 euros (46,99 dólares) y cientos de gasolineras de toda la península se abonaron al reclamo de los carteles para elevar sus ventas. No obstante, el consumo de gasóleo en Galicia -el más habitual en el parque de vehículos- fue el segundo más bajo desde 2005, hasta recular a niveles de hace once años. Según Cores, corporación tutelada por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, los usuarios gallegos consumieron 122.214 toneladas de este combustible, muy lejos de las 131.702 toneladas de 2005. En aquel momento el Brent estaba a 66,54 euros el barril, un 33% más barato.

De acuerdo con los datos disponibles, esta caída en el consumo no se debe a un mayor incremento de ventas de vehículos a gasolina. En agosto -mes de referencia por la baja cotización del Brent-, los gallegos adquirieron 22.758 toneladas de este tipo de combustible. Es preciso retrotraerse a agosto de 1999 para encontrar un nivel tan bajo de consumo. La explicación, por tanto, ha de ser doble: la mayor eficiencia de los motores -con menos consumo- y la aminoración de la demanda interna en el tercer trimestre, como constataron tanto el Banco de España como el Instituto Nacional de Estadística (INE).

De hecho el parque de vehículos de 2005 no tiene nada que ver con el de 2014 (último ejercicio del que se disponen datos). De acuerdo a la Dirección General de Tráfico, hace diez años en Galicia estaban matriculados 666.259 vehículos con motor diésel, por los 951.916 a cierre del año pasado. Del mismo modo las emisiones -y consumo- de los coches se han reducido de forma drástica, como muestra también la Agencia Tributaria. En 2008, por ejemplo, la media de los vehículos matriculados en la comunidad emitía 148 gramos de CO2 por kilómetro, y solo el 21,76% de los nuevos coches estaban exentos de tributación. A cierre de 2014 la emisión media de los utilitarios recién comprados fue de 118 gramos de CO2, y casi el 70% de ellos no tuvieron que pagar el impuesto de matriculación.

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Consumo estable

Pero esta minoración del consumo por la evolución de los motores de los coches no explica por sí sola la reducción del consumo. Entre 2005 y 2012 éste se mantuvo estable -siempre con agosto como referencia- en una horquilla de entre 131.000 y 134.000 toneladas mensuales. En 2007, ejercicio previo a la crisis económica, el consumo de diésel en Galicia rozó las 144.800 toneladas aunque el Brent estaba en 66,5 euros, un 33,6% más caro que este año. Más aún, al año siguiente la cotización internacional del petróleo se disparó hasta los 106,93 euros, pero el consumo de combustible por parte de los gallegos no bajó de las 134.400 toneladas.

Solo en 2014, con el barril de petróleo a más de 95,7 euros, el gasto en gasóleo por parte de los conductores fue inferior al de este ejercicio, con 119.782 toneladas. Galicia fue en agosto, por último, y una vez más, la comunidad más cara para llenar el tanque de gasolina, como constató el Ministerio de Industria.