La entrada de grandes fondos o gestoras de capital riesgo se ha postulado como la única oportunidad que tienen las pesqueras gallegas para expandir su negocio y mercado sin recurrir a la ventanilla del banco. En pleno proceso de desapalancamiento del sector privado, y pasado el escarmiento de la doble recesión, obtener 100 millones de euros, por ejemplo, a cambio de ceder la mayoría accionarial en la empresa se presume, a corto plazo, como un mal menor. Esta es la estrategia por la que ha optado Ibérica de Congelados SA (Iberconsa), tercera pesquera de España por volumen de facturación, que prepara la entrada en su accionariado de Portobello Capital. A falta de los resultados de la due diligence -auditoría exhaustiva que se realiza en operaciones de compra-, la operación dará a Portobello el 55% del capital social e Iberconsa podrá "abordar nuevos proyectos", según su director general, Alberto Freire. Pero esta no es la única operación que prepara el fondo en Galicia y, según los expertos, busca más empresas, entre ellos la pesquera coruñesa Isidro de la Cal.

¿Por qué? "Hasta hace un par de años los grandes inversores internacionales no arriesgaban su dinero si no obtenían un retorno de dos dígitos", explica un consultor experto en el sector. Ahora se están cerrando operaciones que ofrecen una rentabilidad (Return On Equity, ROE, en el argot financiero) de entre el 5 y el 7%. Y el sector pesquero, sobre todo las firmas de referencia, ofrecen al inversor una entrada continua de dinero en la caja, a pesar de que sus márgenes son muy escasos. De ahí la apuesta no solo de Portobello por Iberconsa, sino también de la firma italiana Bolton Group por grupo Calvo o Conservas Garavilla. Esta última adquisición, que otorgará a Bolton el "control exclusivo" de la compañía asentada en O Grove, ya ha sido aprobada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) al no apreciar riesgos derivados de la concentración.

Los expertos coinciden en que no se trata de "inversiones especulativas", sino que los fondos inyectan dinero en la empresa, obtienen una rentabilidad que no ofrece a día de hoy ninguna entidad financiera y "aportan a la empresa un nivel de profesionalización" del que carecen algunas firmas gallegas, aunque no es el caso de Iberconsa. Los inversores sitúan a hombres de su confianza en el consejo para vigilar la gestión y su inversión, pero no asumen los mandos ejecutivos.

Y el interés del capital extranjero en empresas gallegas del sector no se queda ahí. El capital chino también ha mostrado su interés en Interatlantic Fish, la mayor trader de pescado de España, que tiene su sede en la calle Colón de Vigo y por otra conservera viguesa, Hijos de Carlos Albo.

También hay inversiones que aprovechan la oportunidad cuando las empresas pasan por crisis, como el caso de Isidro de la Cal, que también ha llamado la atención de Portobello después de que en 2013 consiguiese refinanciar su deuda y fuese adquirida por un grupo de exdirectivos. O los fondos buitre que adquieren deuda o acciones a muy bajo precio para salir de las mismas en cuanto obtienen el retorno al que aspiraban. Las últimas desinversiones de Portobello (Hofmann, Indas y Maxam) se consumaron después de que el fondo hubiese permanecido una media de seis años. Nadie espera que el fondo buitre SVP, titular 5,84% de Nueva Pescanova, espere tanto tiempo.