El presidente de la patronal gallega, José Manuel Fernández Alvariño, ha sacado adelante su propuesta de calendario electoral para renovar al mandatario de la Confederación de Empresarios de Galicia. Esta mañana contó con el visto bueno del comité ejecutivo de la patronal, quien ha establecido la fecha que Fernández Alvariño proponía, el 15 de enero, para una votación en la que están convocados unos doscientos empresarios.

Así lo ha anunciado esta mañana tras la celebración del comité ejecutivo de la CEG, al tiempo que resaltó su agradecimiento por que este órgano se hiciera eco de su propuesta.

Fernández Alvariño ha comunicado además que ha encargado la gestión del proceso electoral al Secretario General así como al Comité Ejecutivo de la patronal gallega que asumirán también la gobernabilidad de la Confederación de Empresarios de Galicia para que “no haya ninguna implicación o vinculación” por su parte al proceso.

Al tiempo reafirmó que él será “el primero” en “apoyar” al nuevo presidente que salga de la convocatoria desde “esa lealtad institucional” que él “siempre demandó”. Para Fernández Alvariño, “en esa búsqueda de consenso” está, “por encima” de sí mismo y de “cualquier persona”, la asociación de la patronal gallega.

Por su parte, el presidente de la Confenderación de Empresarios de A Coruña, Antonio Fontenla, ha dicho que con la renuncia a la candidatura de Alvariño la presidencia de la CEG queda vacante, con lo cual quedaría al frente una junta compuesta por los cuatro vicepresidentes (los cuatro presidentes de las provinciales, de los que tres -A Coruña, Ourense y Lugo- son contrarios a la dirección del vigués).

El comité ejecutivo es el único órgano de la CEG "competente" para configurar el calendario electoral y está compuesto por quince miembros. Hay tres por cada patronal provincial, dos de libre designación del presidente (Javier Garrido Valenzuela y Juan Manuel Vieites) y el propio Fernández Alvariño.

El conflicto en el seno de la CEG está enquistado después de más de año y medio de bloqueo a las cuentas de 2014, que los críticos atribuyen al rechazo a operaciones y contratos que vinculan con allegados a Fernández Alvariño y este interpreta como un "obstruccionismo claro" por parte de determinadas personas.

Ante este escenario, y después de varias reuniones fallidas de los órganos de dirección, el presidente de la patronal gallega, al que todavía restarían dos años de mandato, decidió el pasado 30 de noviembre llamar a las urnas.