Es más que seguro que uno de los debates más recurrentes que se puedan producir, sea cual sea el resultado de las próximas elecciones en el próximo diciembre, corresponda a la importancia y trascendencia que tienen para nuestra sociedad la educación y la formación. Ya un clásico que, en este caso, como el turrón, regresará por navidad, máxime en el convulso mundo que nos está tocando habitar.

Cualquier sociedad que se precie de avanzada y con ansias de prosperidad, enunciará a la educación y a la formación como unos de sus baluartes más distinguidos. Pero la realidad actual es extremadamente preocupante e hiriente. Nuestro referente educativo y formativo exige una actualización profunda, encontrándose necesitado de novedosas orientaciones así como de otros formatos que nos alejen de los modelos que perviven hasta ahora, nacidos en el siglo XIX y que ya trataron de ser revisados con profundidad en el pasado siglo.

Este renovado modelo educativo y formativo no puede convertirse, únicamente, en un mero lavado de cara de lo que actualmente se encuentra vigente. No se trata tan solo de revisar las propias carreras universitarias o variar el modelo de formación, utilizando para ello fórmulas que en otros países han dado resultado, dado que su realidad social y empresarial es muy distinta. Precisa de la concepción de un planteamiento más general, más holístico sí se quiere, aunque sin olvidar los detalles concretos y aplicables. Y la base de todo ello será la coordinación entre todos los actores que confluyen en los resultados que se exigen ahora y en el futuro a la educación y la formación: las políticas educativas y quienes estén implicados en las mismas; la sociedad en su conjunto, incluyendo a padres e hijos; las instituciones educativas de todo tipo y, finalmente, las empresas y el conjunto de instituciones sociales que reciben los frutos últimos.

El concepto aglutinador lo suponen los llamados Ecosistemas de Conocimiento: un planteamiento que tiene como misión conectar la innovación, la formación y el mundo social y empresarial, mediante la creación de talento como suma de capacitación, aprendizaje y creatividad además de fomentar las interacciones y la aplicación operativa.

Los Ecosistemas de Conocimiento enfocados en concreto al mundo empresarial como receptor último aúnan así educación, formación y conocimiento con el necesario clima de negocios que impulse las iniciativas de emprendimiento que los integrantes del mismo deben mantener como horizonte ineludible de su aprendizaje, con una clara vocación de utilidad.

Verdaderamente convencidos e implicados en esta vía de solución, quisiéramos desde IFFE Business School presentar una mera muestra de un ejemplo de coordinación entre concurrentes en un Ecosistema de Conocimiento concreto: la experiencia de Avansig. El director de una start up gallega, David Trillo (ganador aquel año del premio Asociación de Jóvenes Empresarios, AJE, de A Coruña al emprendizaje empresarial), ubicada dentro del Centro de Investigación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Universidad de A Coruña, concibió con varios compañeros en el seno del proyecto final del Máster en Administración y Dirección de Empresas de IFFE, un sistema pionero en la utilización de drones para la vigilancia y navegación autónomas en interiores. Otro de los componentes del proyecto, José Caride, lo canalizó a través de la empresa a la que pertenece, Prosegur, para convertirlo en un producto real y aplicable ofrecido ya por su compañía en exclusiva. Este mismo mes de noviembre han sido galardonados con el premio Cluster TIC Galicia 2015 a la Innovación gracias a DroneService.

IFFE Business School, la Universidad de A Coruña, Avansig, AJE Coruña y la CEC, Prosegur,? en definitiva, la confluencia de los distintos actores implicados, además por supuesto del talento de los componentes del equipo de un proyecto final en un MBA, permitieron que DroneService compita en este momento con iniciativas similares, aunque todavía nacientes, en lugares tan destacados como el MIT estadounidense, la Universidad Politécnica de Madrid o la Universidad de Zúrich en Suiza.

Otro emprendimiento anterior, también coronado por el éxito, lo supuso la puesta en marcha por parte de IFFE en este mismo año 2015 de la empresa dronlife, proyecto propuesto por cuatro alumnas de la EUDI de la Universidad de A Coruña, Tays, Macarena, Andrea y Susana, hoy ya alumnas de IFFE Business School, quienes bajo la dirección del profesor Eduardo Guillén consiguieron hacerse con el tercer premio en el mundialmente prestigioso Drones for Good Award 2015 en Dubai. El proyecto supone una iniciativa civil para el sector de la salud.

Solo con un formato cooperativo y colaborativo, emprendimientos como los llevados a cabo por IFFE pueden culminar en una rotunda implantación. De no hacerlo de este modo, seguiremos siendo un país de individualidades y, desgraciadamente, fácilmente detectables y reclutables por otros países.