El máximo responsable en España de Google for Work -la división de comercialización de soluciones tecnológicas para todo tipo de empresas-, Isaac Hernández, participó el pasado miércoles en Santiago en la jornada Vuelve el mundo que viene, organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), en la que explicó que las compañías deben adaptarse al mundo digital para sobrevivir. Además de las tecnologías, instó a apostar por el talento y aseguró que depende de las empresas que España recupere todo el que perdió con la crisis.

-Su conferencia se tituló El mundo digital que viene: el futuro ya fue

-En los últimos años hubo cambios como nunca antes ocurrió en un periodo tan corto de tiempo y queríamos transmitir el sentimiento de urgencia, de que no podemos retrasar el adaptar las empresas, y nosotros mismos, a estas tecnologías que permiten nuevos modelos de negocio.

-Deduzco que no estamos preparados para ese mundo digital.

-Sí lo estamos o en la misma medida que el resto del mundo, pero va a haber gente que se quede descolgada. Hay que montarse en la ola, una ola de dimensiones importantes, porque estamos ante un momento único, quizás comparable a cuando se logró controlar el fuego o se inventó la rueda. Lo bonito es que el cambio se produjo en una decena de años, algo que antes tardaría dos o tres generaciones. Y afecta a una población enorme, a todas las personas en sus entornos personales y a las empresas, sean del tamaño que sean.

-La firma que se quede descolgada, ¿está abocada al fracaso?

-Sí. En el pasado se decía que quien no está en internet no existe. Pues ahora más. Cada vez somos más exigentes en la interacción con las empresas y la que no esté al día de una forma digital tendrá menos posibilidades de supervivencia.

-En su conferencia decía que el talento es vital para no ser desplazado en este nuevo escenario. Precisamente lo que ha perdido España en estos años de crisis.

-Yo soy optimista. Perdimos talento pero es un talento que puede volver, y aquí sigue habiendo mucho. Lo importante es apostar por el talento, por las personas. Para Google son dos cosas las que producen innovación: la tecnología y las personas, pero la tecnología no deja de ser un resultado de las personas.

-¿Cuál es la clave para que vuelva ese talento perdido?

-España es un país muy atractivo en muchos sentidos. La calidad de vida es difícilmente comparable con la que hay por ahí fuera. Con que mínimamente tengamos las mismas condiciones laborales que en otros países, la gente va a preferir estar en España. Si las empresas apuestan por la innovación, hacen que los puestos de trabajo sean atractivos y damos alas al empleado, lograremos que el talento vuelva y las empresas sean más productivas.

-Entonces, ¿la clave está en las empresas?

-Quiero poner el acento en la empresa. Google está con una iniciativa, Actívate, que forma a jóvenes desempleados en las tecnologías de forma que sean más atractivos para la contratación. Han participado ya unas 200.000 personas.

-Hablamos del mundo digital, del sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). ¿Es vital en la recuperación económica?

-Las TIC son el área de mayor crecimiento a futuro. Las empresas deben creerse que la apuesta por las tecnologías de la información va a hacer que nuestras compañías sean más atractivas, más competitivas. Ahí tenemos un reto. Aún hay muchos comités de dirección que se permiten el lujo de no estar suficientemente al día sobre lo que la tecnología puede hacer por sus empresas.

-¿Deberían apostar más las administraciones por este sector?

-Sí. Igual que digo las empresas, también las administraciones. La sensación que tengo es que, por mucho que estamos haciendo, es insuficiente. Hay que seguir invirtiendo y haciendo todavía más. La magnitud del cambio es tal que debemos tener siempre la sensación de que podríamos hacer un poco más.

-Dentro de este mundo digital, ¿dónde está España?, ¿con los mejores o rezagada?

-Vuelvo a ser optimista. España tiene de los porcentajes de penetración de teléfonos inteligentes más altos de Europa y del mundo. Somos un país moderno que apuesta por las tecnologías. No somos el vagón de cola. Estamos, o vamos a estar, en las primeras posiciones.

-¿Y se nota ya ese cambio, por el efecto digital, en las empresas españolas y gallegas?

-Hicimos recientemente un análisis de pymes que se transformaron por lo digital, 1.000 de Europa, y España tenía 100 y de todas las comunidades, incluida Galicia. Firmas que hacían las cosas de una forma quizás rudimentaria, pensando en lo local, se han expandido y tienen mercados más globales. No hace falta estar en Silicon Valley para acceder a las mejores tecnologías y de forma asequible. Lo tenemos todo accesible desde nuestro móvil en cualquier momento y lugar. El factor democratizador de esta revolución es muy bonito.

-Sí, con un móvil se puede trabajar y lograr ingresos.

-Si alguien tuviera que montar una compañía de cero y no tuviera base instalada, legacy, lo haría como las compañías de desarrollo de videojuegos en el móvil. Una empresa pequeña que tiene una idea, subcontrata los servicios y los data center a Google, Amazon o Microsoft y si crece y tiene mucho éxito, sabe que esos data center van a crecer con ella. Y si no lo tiene, puede apagarlos y montar un nuevo proyecto. Es como el caso de Angry Birds, que tuvo muchos fracasos antes de alcanzar el éxito. Este sistema lo permite.

-Google financia también a emprendedores y proyectos innovadores y es una alternativa a los bancos. ¿Qué importancia tiene esta labor en tiempos de crisis?

-Para las ideas buenas no escasea el dinero, bien sea de organismos públicos, privados o empresas como Google. Lo que falta es conectar esas ideas, hacer que brillen, llevar a estos emprendedores a pensar más en grande. Pero el dinero empieza a estar disponible y la financiación está dejando de ser un factor limitador en el desarrollo de proyectos.

-El Campus Madrid de Google va en esta línea y se dice que es el Silicon Valley español. ¿Es así?

-Somos afortunados de contar con un campus de Google en Madrid pues la compañía solo tiene otros tres en Europa: uno en Tel Aviv (Israel), otro en Londres y acabamos de abrir uno en Varsovia. Hay un caldo interesante de emprendedores e ideas con potencial y queremos contribuir a su desarrollo. La participación de Google es modesta pero estamos ilusionados con el proyecto.

-Supongo que ya habrán visto muchos proyectos por eso de que la crisis agudiza el ingenio?

-Sí, la necesidad hace aflorar el ingenio. Vemos emprendedores de todas las edades y condiciones. Pero no debemos permitir que la crisis no impida ver algo muy importante, más que el ciclo económico que nos ha tocado vivir, y es que esta revolución no vuelve atrás.

-Google está en el negocio de los smartphones

-Sí. Es un mercado muy dinámico. Google está de varias formas en este sector pero fundamentalmente a través de nuestro sistema Android. Tratamos de crear una plataforma que luego los distintos fabricantes, operadores de telecomunicaciones o fabricantes de aplicaciones la puedan enriquecer. Es un ecosistema muy vivo, muy grande, que supera los 1.500 millones de usuarios en el mundo y creciendo y regenerándose cada día. Quizás la belleza de Android es que da cierta unidad pero, a la vez, permite mucha diversidad. Es una respuesta global

-Aquí más que nunca, la innovación es continua, ¿no?

-Sí. El volumen de inversión es gigante. Se ha pasado de fabricar experiencias para ordenador y para móvil a pasar a hacerlas primero para móvil. Y en muchos entornos ya solo se fabrica para móvil.

-Un directivo del sector decía hace unos días que pese al crecimiento del mercado de móviles y que cada vez se parecen más a los ordenadores, que estos no desaparecerán. ¿Está de acuerdo?

-Hoy en día se realizan muchas más búsquedas por móvil que con ordenadores. El crecimiento de los teléfonos móviles y del internet móvil es mucho mayor que el de los ordenadores. En el mundo hay unos 3.000 millones de usuarios de internet y de los próximos 1.000 millones la mayoría nunca tocará un ordenador, pasará directamente al móvil. El 70% de los correos electrónicos enviados en el mundo se gestionan con el móvil, y cada vez iremos a más.

-Entonces, aunque los ordenadores no desaparezcan, sí se reducirá su mercado.

-Sí, tendrán menos relevancia.

-¿La legislación española está adaptada a estos cambios?

-A veces la tecnología va tan rápido que la legislación puede quedar obsoleta, pero en España no hay nada que no ocurra en el resto de países. Hay que ser conscientes de los riesgos. Son más las oportunidades, pero deben hacerse bien las cosas, apoyarse en empresas que den garantías y ayuden a que esta transformación no abra puertas al cibercrimen y a la inseguridad.

-¿Son estos los riesgos?

-Sí. Tenemos muchos activos personales y profesionales en la red y debemos asegurarnos de que se usan correctamente. Dar seguridad al individuo, al fin y al cabo.