La OCDE advirtió ayer de que las reformas de las pensiones acometidas en la última década en muchos países han mejorado la sostenibilidad de las cuentas públicas nacionales, pero a costa de erosionar la calidad de vida de los jubilados. "Arreglar los retos financieros de los sistemas de pensiones es solo una parte de la ecuación. La otra parte está ligada a la sostenibilidad social y a si las pensiones en el futuro serán suficientes para dotar de unas condiciones de vida adecuadas a las personas mayores", resume en su introducción el informe Pensiones de un vistazo 2015.

La organización asegura que "la mayoría de los pensionistas de la OCDE disfrutan de un nivel de vida tan bueno como la población media" de sus naciones, pero entiende que la situación está cambiando. La edad de jubilación se elevó de "forma sustancial", que recoge que "los 67 se han convertido en los nuevos 65 en muchos países".