El segundo hombre más rico del mundo vive en Galicia. El portal Bloomberg atribuye al fundador de Inditex, Amancio Ortega, una fortuna de más de 67.900 millones de euros. Y en la lista Forbes, la más conocida para conocer el patrimonio de los más pudientes del planeta, aparecen dos gallegos más: Sandra Ortega (hija de Amancio Ortega y Rosalía Mera) y Manuel Jove. Pese a esta aglomeración de ricos en la comunidad, en el impuesto de Sociedades liquidado en 2014 (con datos de 2013) no consta que las grandes fortunas gallegas hayan tributado aquí por sus vehículos preferidos de inversión: las sociedades de inversión de capital variable (Sicav). Un año antes, en 2012, había cinco.

A excepción de Amancio Ortega, que liquidó sus Sicav para centrarse en inversiones inmobiliarias a través de Pontegadea, los Jove o empresarios como José María Castellano o Luis Fernández Somoza sí usan estas sociedades para gestionar su patrimonio. Pero, según la Agencia Tributaria, ninguno las tiene en Galicia. En 2008, según los registros del Fisco, hasta 29 sociedades de inversión colectiva, con un patrimonio de 32,38 millones de euros, estaban registradas en la comunidad. Todas las Sicav pagan un 1% de impuestos -frente al 25-30% del resto de firmas- en cualquier lugar de España, pero Madrid es más atractivo fiscalmente a la hora de pagar al tributar por beneficios. En la capital española están domiciliadas el 80,3% de las Sicav de España, seis puntos más que en 2008.

En 2009 las gallegas pasaron a ocho, aunque el patrimonio subió de forma considerable, hasta los 171,5 millones. Un año más tarde eran 14 las que gestionaban una fortuna de 327,3 millones de los más ricos de Galicia, por los 167,4 millones de patrimonio que tenían las ocho inscritas en la comunidad en 2011. En la liquidación de impuestos de 2013 quedaban cinco, con 7,574 millones. Un año después, ninguna.

La Sicav más musculada de capital gallego es Soandres, de Sandra Ortega, que tenía un patrimonio de 405,1 millones hasta el pasado 30 de septiembre. Está en el Paseo de la Castellana de Madrid. A continuación, por volumen patrimonial, está Brunara, una de las más longevas de España (1987) y vinculada a Felipa Jove (hija de Manuel Jove). Cerró el tercer trimestre de este año con un patrimonio de 153,26 millones de euros. También está en Madrid. Luis Fernández Somoza, expropietario de Transportes Azkar, que gestiona su capital a través de Guntín y Currelos de Inversiones. Las dos están en Boadilla del Monte (Madrid), y tienen un patrimonio conjunto de más de 197 millones. María Dolores Ortega, Manuel Jove o Castellano reparten el domicilio social de sus Sicav entre Madrid capital y Boadilla del Monte.

Aunque según la liquidación de 2013 no existían Sicav en Galicia (según los datos de la Agencia Tributaria), en la lista de sociedades de inversión colectiva de la Comisión Nacional del Mercado de Valores sí consta una: Rumbo 1717, presidida por el consejero delegado de Abanca, Francisco Botas. Está domiciliada en A Coruña y tiene un patrimonio de 8,3 millones. Privaclar, que hasta 2013 tenía su sede en Vigo y que gestiona de 5,58 millones de euros, está ahora en Barcelona.

Una forma de pagar menos

Precisamente, la condena a Montserrat Caballé por fraude fiscal devolvió a la actualidad las prácticas con las que las grandes fortunas tratan de evitar el pago de impuestos y que en el caso de la soprano consistió en simular la residencia en Andorra, país con menor carga tributaria. Entre los instrumentos legales que usan los ricos para disminuir su aportación al Fisco están las Sicav, aunque en algunos casos recurren a mecanismos ilícitos como ocultar el dinero en paraísos fiscales o evadir impuestos a través de entramados societarios.

Las Sicav son el instrumento favorito de los grandes patrimonios por su un bajo gravamen (1%), que solo se aplica si se realizan plusvalías. Según el secretario general de los Técnicos de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, la "trampa" de las Sicav está en que suelen ser de una sola persona o familia que aglutina la mayoría del capital y toma las decisiones, mientras que el resto de partícipes -hasta los cien obligatorios- son socios de paja a los que se conoce como mariachis.

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