La bolsa española ha registrado este año una caída del 7,15 %, el peor resultado desde 2011, condicionado en gran parte por la desaceleración de la economía china y su impacto en los países emergentes, así como por la subida de los tipos de interés en Estados Unidos.

El principal indicador del mercado nacional, el IBEX 35, ha terminado la última sesión de este ejercicio con una caída de 97,7 puntos, el 1,01 %, hasta 9.544,2 enteros.

El mercado nacional registró el peor resultado anual entre las principales plazas europeas, ya que Milán ganó el 12,66 %; Fráncfort, el 9,56 %; París, el 8,53 %; el índice Stoxx 600, el 6,96 %, y el Euro Stoxx 50, el 3,85 %. Bajó Londres, el 4,93 %.

De otros mercados mundiales, el índice Dow Jones de Industriales perdió el 1,23 %, mientras que Tokio avanzó el 9,07 % y Hong Kong cedió el 6,75 %.

Tras un comienzo de año dubitativo, la bolsa española remontaba y se acercaba a los 12.000 puntos a mediados de abril (el 13 de ese mes registraba el máximo del ejercicio en 11.885 puntos).

Sin embargo, la devaluación del yuan y la desaceleración de la economía china (todavía crece a un ritmo del 6,9 %) afectaban a la bolsa durante el verano.

La situación china también incidía en el precio de las materias primas (el petróleo Brent bajaba este año el 35 % y se situaba a 36 dólares, cotización desconocida desde 2004, y el cobre se abarataba alrededor del 25 %) y a las economías emergentes, como Brasil, que entraba en recesión, lo que afectaba a algunas grandes compañías nacionales con inversiones en el país.

De esa manera, el mercado español descendería hasta los mínimos anuales a finales de septiembre, cuando se acercó a los 9.200 puntos.

Poco importaba a los inversores que la economía nacional creciera a tasas del 3,4 % en el tercer trimestre del año porque estaban pendientes de las medidas de política monetaria que adoptarían la Reserva Federal (Fed) -banco central estadounidense- y el Banco Central Europeo (BCE).

El primero subía los tipos de interés en diciembre un cuarto de punto (se sitúan entre el 0,2 y el 0,5 %) y el segundo adoptaba medidas de política monetarias expansivas consideradas insuficientes.

Todo esto presionaba a la baja a la bolsa en el final del ejercicio, que se despedía con las dudas sobre la cuestión catalana y sin que se vislumbre la formación de gobierno por los resultados de las elecciones generales del 20 de diciembre.

En cuanto a la evolución anual de los principales valores del mercado nacional, los integrantes del índice IBEX 35, bajaron veinte y subieron quince.

ArcelorMittal registró el peor resultado anual con una caída del 56,25 %, mientras que OHL, afectada por escándalos en México, bajó el 51,39 %; FCC, el 40,43 %, y Sacyr, el 33,28 %.

Gamesa comandó las subidas con un alza del 110,46 %, ayudada en parte por los acuerdos de la cumbre del clima de París, en tanto que Aena se revalorizó el 50,57 % y la nueva empresa del IBEX, Merlín Properties, el 45,22 %.

De los grandes valores destacó el retroceso del 30,71 % de Banco Santander, perjudicado por Brasil y ampliaciones de capital, en tanto que Repsol bajó el 29,94 % por la caída del precio del crudo, mientras que BBVA cedió el 11,26 %, y Telefónica, el 7,94 %. Subieron Inditex, el 35,94 %, e Iberdrola, el 19,78 %.