La segunda generación de Freire Hermanos prepara la sucesión en al menos la gerencia de Metalúrgica Galaica SA (Megasa), la firma comercializadora del grupo industrial. Su presidente, José Enrique Freire Arteta, que comparte la propiedad del grupo empresarial con su hermano Francisco, entre otros familiares, introduce desde hace meses a su hija mayor en el negocio. Las dos descendientes de Freire, de hecho, trabajan en Megasa, aunque es la mayor la que se ha incorporado a tareas de gestión.

Esta nueva etapa se ha dejado notar en algunas decisiones de la firma, que ha actualizado su web y facilita en ella más información que antes sobre sus productos.

Según ha podido saber este diario, José Enrique Freire Arteta y su primogénita son los únicos directivos de la empresa familiar a los que la plantilla de todas las factorías del grupo tiene la obligación de reportar cualquier novedad que se produzca, por nimia que sea. Hasta hace poco más de un año el directivo y copropietario del grupo asumía el día a día de la gestión de las empresas prácticamente en solitario y era la única persona que recibía informes de todo lo que pasaba en las firmas que producen los centros de producción siderúrgica, incluidos los que gestiona en Portugal.

Esta situación cambió hace más o menos un año, en coincidencia con la decisión de la dirección de Megasa Siderúrgica de ejecutar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para despedir a un tercio de la plantilla y eliminar un turno de trabajo de los tres que existían hasta entonces. Los despidos, que fueron finalmente sustituidos por 39 prejubilaciones, redujeron la plantilla a unas 120 personas, la mitad de las que trabajaban en la siderúrgica de los Freire antes de que estallase la crisis económica.

Este diario intentó sin éxito contrastar esta información con la dirección de Megasa, con sede en Narón, que declinó comentar cualquier novedad tras alegar que la política de comunicación del grupo es de discreción absoluta.

Las dos hijas de José Enrique Freire están en plantilla de Megasa, aunque la menor lo está desde hace un año y es su hermana mayor la que se está introduciendo en la gestión del negocio. Fuentes empresariales consultadas por este diario vinculan este cambio en su papel en la empresa con la necesidad de planificar la sucesión en el grupo gallego, sobre todo porque el presidente de Megasa tuvo algunos problemas de salud en los últimos tiempos.

En medio de este proceso, que sin embargo se prevé largo, Megasa convocó el pasado 17 de diciembre a sus accionistas a una junta extraordinaria que se celebrará el 27 de enero en Narón para someter a aprobación el inicio de una serie de trámites para que la firma capte capital. Tal y como ya publicó este diario el pasado 23 de diciembre, la sociedad precisa en el orden del día de la convocatoria, publicada en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme) el pasado día 22, que pretende aprobar la transformación de las acciones de la sociedad "de anotaciones en cuenta a títulos nominativos", un paso previo y necesario para empezar a cotizar en Bolsa. Además lleva a la junta la modificación de sus estatutos sociales y una delegación especial de los accionistas en el consejo de administración para realizar esos trámites y solicitar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) "la autorización prevista en el artículo 3 del real Decreto 116/1992 de 14 de febrero sobre representación de valores por medio de anotaciones en cuenta [...]".

Las posibilidades

Todos estos trámites son compatibles con una eventual salida a Bolsa, una idea que los accionistas de Megasa estudian desde hace años, aunque hasta ahora no habían dado ningún paso. Pero esos mismos trámites son necesarios para realizar emisiones de instrumentos de capital, como bonos o pagarés. Con ellos, la firma obtiene capital -como ya hiciera, por ejemplo, la constructora ourensana Copasa para obtener el capital necesario con el que concurrir al concurso del AVE a La Meca-, y no tiene obligación de cotizar en el parqué.

Pero ni los Freire han tenido recientemente problemas de dinero -la lista Forbes los sitúa entre las ocho mayores fortunas gallegas, con unos 800 millones a noviembre pasado- ni sus empresas tienen dificultades serias, aunque obviamente la evolución de la facturación del grupo demuestra que ha sufrido la crisis. Es por eso que los cambios que votarán los accionistas han desencadenado todo tipo de especulaciones en el mundo empresarial sobre las pretensiones de los Freire, un grupo que ni concede entrevistas ni difunde sus negocios, algo que de salir a Bolsa tendría que empezar a hacer, como ocurrió con Inditex.

Economistas consultados por este diario apuntan que la búsqueda de capital podría tener que ver con el interés de los Freire en participar en una operación corporativa; de compra de alguna sociedad con la que ganar tamaño en un momento en que el sector tenderá a la concentración para salir de la crisis. En esta tesitura sería plausible que Megasa plantease una salida a Bolsa con una Oferta Pública de Suscripción, con la emisión de títulos nuevos que saldrían al mercado. La firma ganaría capital pero sus accionistas no.

Otra de las posibilidades que ven quienes conocen los entresijos del grupo es que alguno de los socios busque deshacerse de su capital y vender su parte, ante lo que cobraría sentido que Megasa saliese a Bolsa con una Operación Pública de Venta en la que parte de la familia pusiese en venta sus títulos para hacer caja. Esta segunda opción aceleraría la transición que parece haber iniciado José Enrique Freire.