El Gobierno español que salga de la negociación entre PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos o el que resulte de una eventual nueva cita con las urnas tendrá que presentar ante la Comisión Europea una nueva cartera de ajustes para reducir el gasto público. Al menos ésta es la tesis del jefe del Eurogrupo, el holandés Jeroem Dijsselbloem, que encabeza la corriente más ortodoxa en el control de las metas fiscales autoimpuestas por la Unión Europea, y partidario de castigar a los países como España, que las vulneran: "España aún debe hacer más reformas. Pero el desafío del próximo Gobierno es el déficit", dijo Dijsselbloem a un grupo de periodistas en Amsterdam, según adelantó ayer El País.

España lleva años incumpliendo el objetivo de déficit y la Comisión Europea calcula que volverá a hacerlo tanto el pasado ejercicio como en el presente, lo que según estos propios cálculos que aporta El País, supondría que España debe reducir su gasto público en casi 9.000 millones este año.

Nuevas medidas

La Comisión apuesta por mostrar cierta flexibilidad y en todo caso prevé esperar a que España forme su próximo gobierno pero Dijsselbloem prefiere no aplazar el debate. Y no es el único, tiene socios en la Comisión, tan partidarios como él de exigir más disciplina ante los incumplidores.

"El nuevo Gobierno tendrá que presentar medidas para asegurarse de cumplir; el proyecto actual viola claramente las reglas fiscales", dijo Dijsselbloem a un grupo de periodistas españoles en Amsterdam durante la puesta de largo de la presidencia holandesa de la Unión. Advirtió además de que la situación económica y política dentro de España no justificaría el planteamiento de dar una mayor flexibilidad. Tras superar el 3% del déficit que tenía que cumplir ya a estas alturas, el holandés contrapone la situación de otros socios con serios problemas migratorios a causa de la crisis siria: "Tampoco es el país en el que la crisis de refugiados ha tenido más impacto por lo que no puede obtener flexibilidad".