Un ingeniero gallego de 32 años afincado en Reino Unido ha participado en el diseño del primer dron que voló -durante tres horas- en el espacio aéreo no segregado (el que usan los aviones comerciales), a 4.500 metros de altura. El aparato, de 500 kilos de peso es obra de la empresa británica NATS y en él ha participado Ramón Raposo, ingeniero aeroespacial de 32 años, alumno además de la Escuela de Organización Industrial (EOI).

Raposo explica que el proyecto busca"la integración civil de drones en el espacio aéreo europeo", ya que por primera vez un dron grande, de 500 kilos, "compartió espacio aéreo con otras aeronaves como las que cualquiera de nosotros cogemos cuando vamos de viaje", controlado por "un piloto desde una sala en el aeropuerto desde el que despegó" a unos 200 kilómetros de distancia. Raposo cree que este avance "abre las puertas a otra forma de aviación" para el tráfico de mercancías, salvamento y rescate, o en el interior de espacios contaminados como en el caso de la central nuclear de Fukushima.