La presión fiscal en España estuvo en 2014 por debajo de la impuesta en otras grandes economías europeas, como Alemania, Italia, Francia y Reino Unido, y seis puntos por debajo de la media europea, según datos de la oficina estadística comunitaria, Eurostat. La información muestra que España tenía en 2014 una carga fiscal equivalente al 34,4% de su producto interior bruto (PIB), cerca de seis puntos menor a la del conjunto de la UE (40%) y de siete puntos por debajo de la media de la zona del euro (41,5%).

Francia presentó una de las mayores presiones impositivas de la UE, con el 47,9%, superior a la de Italia, del 43,7%, mientras que Alemania se situó en el 39,5%. El país europeo que más ingresos obtuvo de impuestos fue Dinamarca (50,8%), seguido de Bélgica y Francia (ambos con un 47,9%), Finlandia (44%), Austria (43,8%), Italia y Suecia (ambos un 43,7%).

En cambio, países como Polonia (33%), Estonia (32,5%), Eslovaquia (31,2%), Irlanda (30,5%), Letonia (29,2%), Lituania (28%), Bulgaria (27,8%) y Rumanía (27,7%) mantuvieron en 2014 una carga fiscal inferior a la española.