La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ve margen para subir el salario mínimo interprofesional (SMI) en España -establecido para 2016 en los 655,2 euros mensuales- un 10% en los próximos tres años. El director Internacional de Estudios Laborales de la OIT, Raymond Torres, indicó ayer, durante la presentación del informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2016 -que cuenta con un apartado específico para España-, que hay margen para elevarlo "sin perjudicar a las empresas en la creación de empleo" y que además favorecería el crecimiento del consumo interno y reduciría las desigualdades.

El representante del organismo internacional instó a evaluar los efectos de las últimas reformas laborales aplicadas en España para ver cómo hacer frente a elementos urgentes a solucionar, como la temporalidad excesiva, el abuso en los contratos o la subcontratación con falsos autónomos, que responden a un incumplimiento de la normativa. "No hay un problema en la creación de empleo, sino en su calidad", lamentó Raymond, que incidió en que más allá del debate político, "lo importante es evaluar esas reformas laborales para iniciar una nueva".

En esta línea, el director de la oficina de la OIT en España, Joaquín Nieto, aseguró que en España "hay recuperación económica sin recuperación social" y abogó por la mejora de los ingresos salariales y las prestaciones y protección social.

"La lucha contra la pobreza es desde el 1 de enero una obligación para el Gobierno", remarcó Nieto, al tiempo que recordó que la tasa de riesgo de pobreza actual es del 22,5%, frente al 17% de la UE. Pese a todo, Raymond valoró la recuperación económica de España, "que es real y lleva al crecimiento del empleo y reducción del paro", de forma que la OIT prevé una reducción de la tasa de paro al 19,5% para este año y al 19,3% para el que viene, así como un estancamiento en la creación de empleo.

No obstante, alertó de que en el mercado laboral "los desafíos son importantes y la situación en España es una de las perores del mundo desarrollado".

Por ello, desgranó una serie de medidas necesarias para impulsar la creación de empleo de calidad, como facilitar el crecimiento de las pymes y realizar reformas tributarias y en el sistema bancario. También plantea políticas sectoriales y tecnológicas para impulsar la economía verde y la revisión del sistema educativo para acompañar a los jóvenes hacia el mercado laboral, con más idiomas, orientación, formación técnica, puentes entre la FP y la Universidad y un mayor número de prácticas profesionales.

A juicio de la OIT, las políticas activas de empleo "no han cobrado el protagonismo necesario", porque los servicios públicos de empleo "no están a la altura de las circunstancias, no pueden con el volumen de desempleo" ya que se redujeron los orientadores "cuando debería haber uno por cada 80 desempleados".

La organización también criticó la garantía juvenil porque "ha fracasado", con fondos disponibles que no se usan porque las oficinas de empleo no están capacitadas para gestionarlos". Además requiere un apoyo específico con orientación a parados de larga duración, al tiempo que aboga por mejorar la cobertura de la negociación colectiva, "que bajó tras la reforma laboral y hay que evaluarla e impulsarla, para reducir desigualdades".

La OIT ve necesario también aplicar políticas de género, una progresividad de la tributación fiscal para que las empresas paguen impuestos en función de sus ganancias y acabar con el "oligopolio en el mercado energético", que explica el alto precio de la energía en España.