A una Galicia envejecida y con baja natalidad se suma la emigración de los más jóvenes en busca de mejores oportunidades laborales. No es solo un problema demográfico. También se pierde capital humano altamente cualificado. Casi cuatro de cada diez trabajadores gallegos que se marcharon a trabajar a otras comunidades el pasado año tienen menos de 30 años. Y de ellos...

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