La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió ayer de "la dura y nueva realidad" que encaran los mercados emergentes. "Las tasas de crecimiento están bajando, los flujos de capital se han revertido y las perspectivas a medio plazo se han deteriorado de manera aguda", dijo Lagarde en una conferencia en la Universidad de Maryland, a las afueras de Washington.

Como ejemplo, señaló que los mercados emergentes han registrado 531.000 millones de dólares en salidas de capital netas en 2015, comparadas con los 48.000 millones en entradas netas en 2014. Matizó, no obstante, que el bloque de mercados emergentes es "increíblemente diverso" e incluye a países en recesión como Brasil y Rusia junto a otros como India y México que registran "un sólido crecimiento".

Lagarde reiteró que la ralentización de China como parte de su cambio de modelo es un factor positivo, aunque reconoció efectos negativos a corto plazo y recalcó que la caída de los precios de las materias primas está afectando principalmente a los mercados emergentes.

Para la directora del organismo internacional, las economías avanzadas también sufrirán consecuencias, al afirmar que cada descenso del 1% en el PIB de los emergentes resta 0,2 puntos porcentuales a los desarrollados. "Esto puede que no suene a mucho, pero sería un golpe significativo para aquellos mercados avanzados que están actualmente luchando con lo que he llamado la nueva mediocridad de bajo crecimiento y alto desempleo", indicó Lagarde.

Las dudas sobre la desaceleración de China y la recesión de Brasil marcaron a la baja las previsiones globales del FMI, divulgadas a mediados de enero, que se sitúan en el 3,4% para 2016 y el 3,6% para 2017, en ambos casos dos décimas menos que lo anticipado en octubre.

Lagarde pidió "prudencia" a la Reserva Federal de EEUU en la normalización de su política monetaria, cuyos efectos pueden tener un impacto global, particularmente entre los emergentes y en el crecimiento de los países desarrollados.