"Las inercias de la dinámica demográfica son muy negativas", destaca la Xunta en el apartado dedicado al comportamiento de la población en el Plan Estratéxico, y "solo podrían contrarrestarse aumentando sustancialmente la tasa de fecundidad y el número de personas inmigrantes a medio plazo. "Pese a esto -añade-, sería necesario que la inmigración neta superara los niveles de los años de la burbuja para compensar la bajada de las cohortes de mujeres en edades de concebir". O, lo que es lo mismo, que llegasen más extranjeros de los que vinieron durante el flujo de la etapa de bonanza -histórico, aunque muy lejos del crecimiento registrado en otras comunidades con mayor atractivo económico- y que a la vez se frenase la nueva emigración.

El documento toma prestadas las proyecciones del IGE respecto a la población de Galicia en 2029 con cuatro escenarios posibles, que van desde un aumento de la tasa de fecundidad que se acerque al 1,57 hijos por mujer de la media europea, hasta la más optimista: tanta inmigración como en 2007 y ese nivel de nacimientos. "Los resultados permiten comprobar como, aún en las mejores hipótesis de dar la vuelta a las variables demográficas actuales, la población gallega en 2029 será inferior a la actual", advierte. Así, en caso de alcanzar la medida europea de fecundidad, Galicia contaría con 169.860 habitantes menos que en estos momentos y más envejecidos. La tasa de reposición -la cifra que se considera idónea para garantizar el relevo generacional, y que son 2,1 hijos por mujer- ni siquiera garantizaría mantenerse. Todo lo contrario: caída 118.520 residentes. En el mejor de los casos, la comunidad tendría un descenso de 80.800 vecinos.

Es más. Esas previsiones a corto plazo marcan un total de residentes de 2.539.735, una cifra "similar a la de la década de los 40 del siglo pasado". El escenario de posguerra.