La leve mejoría de la situación económica durante el año pasado permitió crear casi 20.000 puestos de trabajo en Galicia -los sindicatos advierten de que sustentados en contratos precarios-, pero el avance podría haber sido mucho mayor de no ser por la lacra que supone el empleo sumergido en la comunidad. El cruce de datos entre la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2015 y las afiliaciones a la Seguridad Social que publica el Ministerio de Empleo revela que hay casi 86.400 profesionales gallegos que trabajan en la clandestinidad, lo que supone un incremento del 17% respecto a 2014, con 12.400 ocupados más fuera del control de la Administración.

El Gobierno cifraba en diciembre el número de cotizantes a la Seguridad Social en Galicia en 946.122, 86.378 menos que los 1.032.500 gallegos que, según la EPA del último trimestre de 2015, aseguran tener un empleo.

De esta forma, el trabajo en negro aumentó en mucha mayor medida que el que está bajo control del Ejecutivo. Las afiliaciones en la comunidad repuntaron un 2% durante el año pasado, de las 926.482 de diciembre de 2014 a las 946.122 del cierre del pasado ejercicio. Pero la diferencia con los datos de la Encuesta de Población Activa aumentó ese 17%, de los 73.918 empleados irregulares de 2014 a los 86.378 del pasado ejercicio.

El comportamiento de Galicia es, además, totalmente contrario al del conjunto del Estado, donde en 2015 aumentaron los profesionales inscritos en los registros oficiales y descendieron los que escapan al control de las administraciones. El número de cotizantes pasó de los 16.775.214 de 2014 a los 17.304.400 del año pasado, lo que supone un incremento del 3,2%, mientras que la diferencia respecto a los españoles que reconocen en la EPA tener una ocupación bajó un 1%, de los 793.886 trabajadores irregulares de finales de 2014 a los 785.800 de la actualidad, 8.000 menos.

El peso de la actividad clandestina en Galicia sobre el total también es muy superior al del conjunto del Estado. Los 86.378 ocupados que no están dados de alta en la Seguridad Social en la comunidad equivalen al 8,4% de los trabajadores totales contabilizados por la EPA en Galicia (1.032.500) mientras que en España suponen el 4,3%, 785.800 de un total de 18.094.200 personas que aseguran contar con un puesto de trabajo, lo que implica que la tasa gallega de empleo sumergido duplica la española.

Estas cifras apuntan a que los distintos programas del Gobierno y de la Xunta para luchar contra el empleo sumergido no son del todo efectivos. Las actuaciones de ambas administraciones combinan visitas a empresas y controles a trabajadores desempleados por parte de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social para descubrir posibles anomalías y forzar la regularización de los profesionales que operan al margen de la ley.

Por provincias, las gallegas que registraron un mayor aumento del empleo sumergido durante el año pasado fueron Pontevedra y Lugo, las dos con un alza del 42%. A finales de 2014 la diferencia en Pontevedra entre sus cotizantes (316.369) y los ciudadanos que reconocen en la EPA estar ocupados (332.200) superaba los 15.800. Un año después, rozaba los 22.500, con 324.442 afiliaciones pero 346.900 personas que afirman tener un puesto de trabajo. En Lugo el aumento supuso pasar de 11.500 empleos no declarados a 16.400.

La provincia que tiene más empleo clandestino, sin embargo, es A Coruña, con 40.279 trabajadores en esta situación, 2.500 más que en 2014, lo que equivale a un alza del 6,7%. Mientras, en Ourense los puestos de trabajo irregulares descendieron un 17,5% durante el año pasado, al pasar de los 8.900 contabilizados en 2014 a poco más de 7.300.

En cuanto a la tasa de empleo sumergido, Lugo es la que tiene la más alta, un 12,3% de sus ocupados no cotiza a la Seguridad Social, seguida de A Coruña (9%), Ourense (7%) y Pontevedra (6%).