Abanca cerró a finales del ejercicio pasado la venta del 30% que conservaba de la cablera gallega R después de que el accionista mayoritario (CVC Capital Partners) acordase colocar su 70%. De ello, obtuvo 265 millones, aunque invirtió otros 80 en quedarse con el 5,2% de Euskaltel. Escotet no concretó ayer la plusvalía de la operación, pero esta -junto con la venta de Galenova y la venta de inmuebles- le reportaron 99 millones de beneficios extraordinarios, el doble que en 2014.

El banco afronta el futuro con objetivos a largo plazo bien exigentes; 30.000 millones en crédito, 35.000 en depósitos y que la tasa de rentabilidad, el ROE, ronde entre el 8 y el 11%. Todo con una mayor orientación al cliente digital, incluso en las oficinas. A Abanca no le preocupa el revés que pudiera suponer que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) le obligue a devolver lo cobrado en cláusulas suelo antes de mayo de 2013 porque es un riesgo que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) asumió en el contrato de compraventa. A falta de un cálculo, Escotet estima un impacto "muy notable".

La entidad, que aún no decidió si repartirá dividendos este año, pagará este año 100 millones al FROB por la compra, con lo que le quedarán 500.