Los ministros de Finanzas del G-20 acordaron ayer usar "todas las herramientas" monetarias, fiscales y estructurales para impulsar el crecimiento económico mundial y afianzar la recuperación. La declaración emitida tras la cumbre celebrada en Shanghái insta a las principales economías del mundo a usar estos instrumentos "individual y colectivamente", dado que las medidas monetarias no bastan para generar un "crecimiento equilibrado".

En el documento se admite que aumentó la "vulnerabilidad", aunque se afirma que la reciente volatilidad de los mercados no se corresponde con los fundamentos de la economía global. El G-20 cita una posible salida del Reino Unido de la UE y el creciente número de refugiados en el mundo como dos de los principales "riesgos" para la economía internacional.

La declaración ve entre las vulnerabilidades de la recuperación la caída de los precios de las materias primas, el alza de las tensiones geopolíticas y los volátiles flujos de capitales.

Los ministros de Finanzas también se comprometieron a intensificar los esfuerzos para eliminar todas las fuentes de financiación terrorista y a elevar el intercambio de información. Para ello, urge a los países a implantar los estándares del Grupo de Acción Financiera Internacional (FATF, por sus siglas en inglés), creado en 1989 para combatir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo. Insta además al FATF a reforzar su trabajo de identificación y supresión de amenazas terroristas financieras y a los países a cumplir la resolución 2253 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre amenazas a la seguridad internacional.