Las estadísticas de percepciones salariales que cada año elabora la Agencia Tributaria revelan que casi cuatro de cada diez mujeres gallegas cobran menos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), estipulado este año en 655,20 euros al mes y 9.172,80 anuales con catorce pagas. Pero la realidad está muy por debajo de esa cuantía; según Hacienda, un 36% de las asalariadas de la comunidad no llega a ese sueldo, se queda en el mejor de los casos en un 76% de esa cantidad, por debajo de los 500 euros.

El último dato actualizado por la Agencia Tributaria se refiere a las rentas de 2014. Ese año Galicia contaba con 450.875 asalariadas y 517.501 trabajadores por cuenta ajena. El 36% de las mujeres (162.484) no supera los 600 euros. Las más afortunadas de hecho sólo llegan a 488 euros de sueldo al mes (si perciben catorce pagas) o a 562 si las tienen prorrateadas. Y es que dentro de las peor remuneradas todavía hay clases. El 15% de las asalariadas gallegas (68.988 mujeres) están en ese tramo, según Hacienda, pero hay otras 93.496 (el 21%) que todavía cobran menos de la mitad del salario mínimo, que en 2014 equivalía a 322 euros al mes y 4.515 euros al año. Pero el sueldo medio efectivo de ese segmento de población en Galicia es de 1.871 euros anuales; o sea, 133 euros al mes en catorce pagas y 155 si lo reparten en doce. Entre 2009 y 2014 las perceptoras de estos sueldos se incrementaron un 7%.

Más de 4.000 euros de brecha

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El salario medio de las gallegas era hace dos años de 1.101 euros mensuales y 15.414 anuales, cuatro mil menos que el de los hombres, que ascendía a 19.746. Éste es uno de los datos señalados por los informes que las áreas de mujer de CIG, CCOO y UGT han presentado en los últimos días con motivo de la celebración hoy del Día Internacional de la Mujer Trabajadora para hacer hincapié sobre la desigualdad laboral y, sobre todo, en lo que la crisis ha acentuado las diferencias y la brecha salarial entre géneros.

Entre 2009 y 2014 la cifra de mujeres con salarios que no superan los 600 euros mensuales se incrementó en tres puntos porcentuales; al pasar del 33,4% de las trabajadoras al 36,5%. El avance entre los hombres ha sido mayor, de cinco puntos porcentuales, pero ha acortado poco las distancias. En 2009 el 21% de los asalariados cobraba menos del SMI y cinco años después había pasado al 26%. La brecha entre hombres y mujeres es de diez puntos; cinco años atrás era de doce. Esta realidad es lo que ha llevado a la CIG a dedicar este 8 de marzo a las "precarias". Ayer reconocieron con su premio 8 de marzo la lucha sindical de las subcontratas de Movistar y Telefónica (Extel y Atento), que denuncian desde hace meses sus malas condiciones laborales.

En paralelo a las trabajadoras con los sueldos más bajos -el 53% de los empleados que cobran la mitad del SMI son mujeres- hay otras 607 cuyo salario multiplica por diez el mínimo y que en 2014 percibía una media de 136.754 euros anuales. Representan el 0,1% de las trabajadoras gallegas y un 15% del total de asalariados de la comunidad. Por cada una con este nivel de percepciones hay 73 que no llega a los 2.000 euros al año.

El bajo nivel salarial de las mujeres tiene mucho que ver con que el 23% de las ocupadas (casi una de cada cuatro) está empleada a tiempo parcial después de que en el pasado año se crearan 3.800 empleos femeninos de este tipo frente a sólo 1.500 a jornada completa. La crisis también perjudicó especialmente a las mujeres en este capítulo, ya que desde 2009 hasta el año pasado Galicia destruyó 53.100 puestos de trabajo femeninos a jornada completa y creó 1.500 a jornada parcial. Mientras hace seis años un 46% de las mujeres alegaba tener este tipo de contrato por no poder acceder a uno de toda la jornada, el año pasado el porcentaje aumentó en 20 puntos, hasta el 66%.

Las estadísticas de paro arrojan un incremento del empleo entre las mujeres de 6.400 puestos en 2015, pero todos ellos son temporales, dado que en el último ejercicio se crearon 15.500 empleos eventuales femeninos, pero se destruyeron 7.300 fijos. Así es normal que las gallegas con contrato temporal aumentasen un 15% en el último año, hasta sumar 105.600 personas que se reparten 391.300 contratos, una media de casi cuatro al año cada una. Según apunta la CIG con datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), el 31% de los contratos de las mujeres duraron en 2015 menos de una semana y un 44,3% alcanzaron el mes.

Las jóvenes, peor paradas

Las mujeres y especialmente las jóvenes tienen también un protagonismo especial en la caída de la población activa (la suma de ocupados y parados), que en el último año se redujo en Galicia en 9.100 personas, según la EPA. El 65% de esa pérdida se produjo entre las mujeres (5.900 personas) y especialmente entre las menores de 35 años, donde la población activa disminuyó en 10.500 personas. Este dato se ve compensado por el incremento de la actividad en edades superiores a ese rango, pero especialmente a partir de los 55 años. La progresión desde 2009 es aterradora. La población activa femenina se redujo en términos globales en 1.200 personas, pero entre las menores de 35, se produjo un verdadero desplome, de 51.500 activas menos, cifra que de nuevo se ve compensada por el incremento en otros tramos de edad. No es de extrañar que la tasa de actividad de las mujeres gallegas (48,7%) sea diez puntos inferior a la masculina, aunque seis años atrás la brecha era aún mayor, de 14 puntos. Aún así, con menos población en disposición de trabajar, el paro aumenta especialmente entre ellas.

Tal y como publicó este diario hace cinco días, la caída del paro entre los hombres (-11%) en febrero casi duplicó en Galicia al descenso entre las mujeres (-6,6%). El desempleo bajó en 2015 en 41.100 personas en la comunidad, pero entre las mujeres de 25 a 34 años se perdieron 4.600 empleos, que ascienden a 42.200 si se contabilizan los últimos seis años.