Las cabinas telefónicas pueden tener los meses contados si el Ministerio de Industria atiende una sugerencia de la Comisión Nacional de los Mercados y las Comunicaciones (CNMC): poner fin a la consideración de estos terminales como "servicio universal", una calificación que ahora obliga por ley a que en España exista una red de cabinas en la vía pública y en todas las comunidades. En Galicia subsisten unas 1.200 cabinas, la mayor parte de Telefónica.

"La disminución en el número de cabinas, en el tráfico cursado y en los ingresos unitarios por cabina se ha producido de manera generalizada en todo el territorio", señala un informe de la CNMC para justificar su posición. La generalización del uso de los teléfonos móviles, y en su momento también la oferta de locutorios para las llamadas internacionales, convirtieron en testimonial la facturación de las cabinas instaladas en las calles de las principales localidades españolas. De hecho, según fuentes del sector, la práctica totalidad de ellas son deficitarias.

Telefónica es el operador designado para prestar el "servicio universal" de telecomunicaciones, que incluye también el suministro de conexión a internet, la elaboración y entrega de la guía de abonados de telefonía fija y medidas específicas para usuarios con discapacidades. A finales del presente ejercicio vence esa concesión a Telefónica.

Posible desaparición

En caso de que el departamento que dirige en funciones José Manuel Soria acepte la sugerencia de la CNMC, las cabinas quedarían desde 2017 fuera del catálogo del "servicio universal" y se abriría paso a su eliminación, algo altamente probable en la gran mayoría de los casos por sus resultados económicos.

En España llegó a haber más de 100.000 cabinas telefónicas y ahora están activas unas 34.000, 14.000 más que el mínimo que establece legalmente la condición de servicio universal. Telefónica mantiene activas en Galicia alrededor de 1.200 terminales en la vía pública, lo que equivale al 3,53% del total.