La línea de alta tensión entre Boimente (Lugo) y Pesoz (Asturias), uno de los últimos tramos que quedan para completar el eje de transporte de la energía eléctrica del Cantábrico en 400 kilovoltios de tensión, entrará en servicio finalmente en septiembre, ocho años después de que Red Eléctrica de España (REE) iniciase su tramitación. Esta gran conexión es fundamental para la evacuación de la electricidad que generan los parques eólicos gallegos ya instalados (unos 1.000 megavatios de potencia instalada en su área de influencia) y los que se espera implantar con el concurso eólico de la Xunta, por un total de 2.325 megavatios, cuyo desarrollo se ha visto paralizado por la supresión de las primas.

Las obras están ya en su fase final, ya que REE ha instalado los postes de todo el tramo y buena parte del tendido. De hecho, los tramos gallegos están finalizados y sólo queda una parte del tendido y grapado (fijado de los cables a los postes) en la parte asturiana, cerca de su frontera con la comunidad. El proyecto, con más de 70 millones de inversión, permitirá mallar la red, darle robustez, algo fundamental para garantizar el suministro en condiciones de seguridad e incorporar generación renovable. La directora general de Transporte de REE, Eva Pagán, destacó ayer en un encuentro con la prensa en Madrid el alto nivel de acuerdos alcanzados con los propietarios de los terrenos afectados por el desarrollo de la línea, en un 95% de los casos.

Retraso en la interconexión portuguesa

La otra gran obra pendiente en Galicia es la interconexión en alta tensión (400kV) con Portugal entre Arbo y Ponte de Lima, un proyecto que estaba previsto que entrara en servicio en 2017 y que tendrá que esperar. REE presentó este proyecto en 2013 y diseñó un trazado reglamentario que, sin embargo, generó cierta oposición en el municipio pontevedrés, que pidió modificaciones en el trazado, por lo que Red Eléctrica y los Ministerios de Medio Ambiente de los dos países buscan una solución alternativa para el paso fronterizo.

Pagán explicó que de momento no existe esa solución, lo que permite concluir que entrará en servicio más tarde de lo previsto. Y es que una vez que la tramitación concluya y Red Eléctrica obtenga todos los permisos y solvente los trámites, tendrá que dedicar un año y medio o dos a la construcción de la línea, que tiene un presupuesto de 55 millones. Esta obra es uno de los Proyectos de Interés Común (PIC), que son prioritarios y por lo tanto están vigilados por la Comisión Europea, y está incluido en la Declaración de Madrid, firmada entre España, Francia y Portugal en marzo de 2015 para incrementar las interconexiones internacionales de energía. Éstas son fundamentales para el intercambio de electricidad entre los países europeos, lo que además de garantizar la seguridad del suministro (y evitar el riesgo de apagones) permitirá introducir más generación renovable en el sistema y abaratar los costes, ya que como explica REE, ese intercambio permite que la electricidad se suministre desde las zonas donde sea más barata generarla a las más caras. Con todo, REE desconoce de momento cuándo se podrá desbloquear su tramitación.

La empresa semipública que construye las redes de transporte de la electricidad en España y opera el sistema eléctrico aprobó el pasado mes de octubre la planificación de las redes de transporte 2015-2020, que prevé una inversión en Galicia de 308 millones de euros. El pasado año REE repotenció cuatro líneas en Galicia para incrementar la capacidad de transporte dentro de la comunidad en líneas de 200 kV, necesarias para respaldar las conexiones con la meseta y la internacional con Portugal. La inversión global en la comunidad en 2015 fue de 19,5 millones.