España, que cerró el año pasado con un déficit público del 5% del PIB (en realidad, el 5,1%, dado que Bruselas sí contabiliza el coste del rescate bancario), se convirtió en el segundo país, de los 28 de la UE, con mayor descubierto presupuestario, sólo por detrás de Grecia (que lo situó en el 7,2%). España empeora así su posición relativa en el conjunto europeo, dado que un año antes, en 2014, España fue el tercer país con peor saldo presupuestario (5,9%), tras Chipre (-8,9%) y Portugal (-7,2%).