Gas Natural Fenosa considera que España cuenta con una capacidad instalada de fuentes de generación eléctrica más que suficiente para la actual demanda eléctrica. Hay un "excedente monstruoso", según su presidente, Salvador Gabarró, que hace necesaria cierta "prudencia" en el desarrollo de instalaciones de energías renovables y especialmente si se hace con ayudas públicas. La compañía entiende que existen zonas en España, como Galicia, donde los parques pueden ser rentables sin necesidad de primas como las que el Gobierno suspendió en 2012 para acabar con el déficit eléctrico y que paralizó el desarrollo del concurso eólico gallego. Por eso Gas Natural Fenosa inauguró el año pasado el parque eólico de Montouto (entre Aranga y Guitiriz) y ahora, según sostiene su delegado en Galicia, Manuel Fernández Pellicer, podría empezar a construir otro en 2017.

Fernández Pellicer explicó en un encuentro con periodistas en Barcelona con motivo de la Junta General de Accionistas de la compañía, que cuenta con obtener este año las autorizaciones administrativas a "tres o cuatro nuevos parques". Si salen adelante, la firma podría empezar a construir uno el próximo año. La evolución sin embargo dependerá, según el directivo, de que Red Eléctrica de España avance en el refuerzo instalaciones necesarias para evacuar la electricidad generada en ese parque, "especialmente en los nudos de Ludrio y Regoelle, que son los que más nos afectan", dijo en referencia a dos de los puntos más colapsados de la red gallega. REE ya inició las obras de la subestación de Regoelle, en Dumbría, que entrará en servicio este año y ampliará la de Ludrio (en Lugo) antes de 2020.

Gas Natural Fenosa, que tiene pendientes de implantar 294 megavatios en energía eólica entre los adjudicados en el concurso eólico y los que tenía por desarrollar antes, ya ha iniciado la repotenciación del parque de Cabo Vilán, donde instalará dos aerogeneradores más potentes que sustituirán los 22 que existían hasta ahora. Las obras comenzarán en junio y terminarán previsiblemente en septiembre.

Esta decidida apuesta de la firma se produce a pesar de que tanto Gabarró como el consejero delegado, Rafael Villaseca, consideran que existe cierta sobrecapacidad de generación, también en fuentes renovables, lo que ayer les valió para defender que las empresas desarrollen sus inversiones en energías limpias a pulmón, sin ayudas públicas. Esta postura colisiona además con la que el pasado mes de febrero defendió Rafael Villaseca durante la presentación de resultados de la compañía, cuando dijo que si España pretende impulsar las renovables tendría que hacerlo con subvenciones, dado que serían excepcionales los emplazamientos que permitan construir parques que resulten rentables sin ayudas, por los que, eso sí, la firma apostaría.

Villaseca hizo estas declaraciones, ya publicadas por este diario, poco después de que se celebrase la subasta extraordinaria que el Gobierno convocó para adjudicar 500 megavatios (MW) eólicos con ayudas. La puja, a la baja, logró su objetivo y se resolvió sin primas, sobre todo por la apuesta de pequeños empresarios, y Villaseca no ocultó su enfado e incomprensión: "Con ese descuento, ¿para qué vas al concurso? Francamente no lo entiendo" dijo entonces el número dos de la compañía en referencia a que la apertura de nuevas instalaciones sin ayudas es libre y el objeto de la subasta era obtener retribución.

Evitar sobrecostes

El directivo mostró ayer sin embargo un punto de vista distinto que sin embargo definió como "las dos caras de una misma moneda": "Hay un exceso de capacidad instalada y resulta chocante que las inversiones en energías renovables se hagan con ayudas". Y añadió: "Hay que hacer esfuerzos en renovables, pero de manera sensata y eficiente para los consumidores, de forma que cualquier nuevo relanzamiento no volviera a comportar la pesadísima carga que conocemos". El consejero delegado recordó que la energía eólica cubre el 40% de la demanda actual y que tras el "altísimo" esfuerzo realizado por España "merecería la pena un cierto respiro" siempre que permita cumplir los objetivos marcados por la Comisión Europea, de alcanzar el 20% de la generación eléctrica con renovables en 2020 y el 30% en 2030.

"La voluntad del Gobierno es hacer más subastas a la baja y el resultado de la última fue realmente singular", dijo antes de reconocer que Gas Natural Fenosa buscaba subvenciones en aquella convocatoria. Villaseca descartó que con sus palabras apunte a la necesidad de una moratoria aunque advierte de que la recuperación de las primas pueda "tensionar el recibo".

Salvador Gabarró abundó en esta línea al reclamar prudencia para no "subvencionar algo que no se necesita".

La firma, que presentará en una semana su plan estratégico para los próximos dos años, prevé invertir en torno a 150 millones de euros en Galicia durante el presente año, que se destinarán a obras de distribución eléctrica, de gas y ampliación de ambas redes, según precisó ayer el delegado de Gas Natural Fenosa en Galicia.

La firma cuenta además con otro proyecto a desarrollar en las centrales de Belesar y Os Peares para la instalación de un bombeo en Os Peares que incremente la capacidad de Belesar y aproveche momentos de exceso de generación eólica para realizar esas operaciones con esa electricidad sobrante que luego permitirían generarla con energía hidráulica, la única forma que actualmente existe para aprovechar la energía renovable cuando la demanda es baja -por las noches, por ejemplo-. Fernández Pellicer cifra la inversión en este proyecto en 250 millones de euros y defiende que no tendría impacto medioambiental, lo que podría salvar las limitaciones de la Xunta al desarrollo de la energía hidroeléctrica.

Gas Natural Fenosa cuenta con 700.000 contadores inteligentes efectivamente conectados a la red, la mitad de los que tiene en Galicia y una cifra que preveía alcanzar en diciembre. Sólo estos contadores permiten a los usuarios acceder a una facturación por horas, instaurada el otoño pasado, y que permite planificar el consumo en los periodos más baratos (noches y festivos, sobre todo). "Ahora estamos en velocidad de crucero, con lo que esperamos terminar poco antes de que termine el plazo", concretó Fernández Pellicer, en referencia a diciembre de 2018.

La Junta General de Accionistas aprobó ayer el pago de un dividendo de un euro por acción, a lo que destinará 1.000 de los 1.500 millones de beneficio obtenido el año pasado. Gabarró, que defendió la formación de un gobierno "sólido y estable" tras las próximas elecciones, mostró su deseo de dejar la presidencia de la compañía "más pronto que tarde" aunque aseguró que la fecha la decidirán los accionistas, concetramente CaixaBank, que con el 34% del capital es quien designa al presidente.