Repsol obtuvo un beneficio neto de 434 millones de euros en el primer trimestre de este año, un 43% menos que en el mismo periodo de 2015, en el que se incluían resultados financieros excepcionales de 500 millones de euros, debidos básicamente a la posición en dólares que tenía la compañía tras cobrar la expropiación de YPF, y que se destinó a la compra de Talisman.

Repsol no descarta que las desinversiones superen los 3.100 millones de euros marcados como objetivo para los primeros dos años de su Plan Estratégico 2016-2020 y que, prácticamente, a cierre del primer trimestre de este ejercicio, ya se habían realizado según su director financiero, Miguel Martínez. Repsol prevé desinvertir 6.200 millones de euros en activos no estratégicos hasta 2020, de los que 3.100 serían para este año y el próximo.