La crisis desatada en la corporación japonesa Mitsubishi Motors tras haber confesado que durante años falseó los datos de emisiones de algunos de sus modelos ha sido aprovechado por su rival Nissan para convertirse en su mayor accionista tras tomar una participación del 34% por cerca de 2.000 millones de euros, según anunciaron ayer ambas empresas. La operación reforzará además la alianza entre los dos grupos nipones de la automoción.

Conforme a los términos del acuerdo presentado ayer por los máximos responsables de Nissan, Carlos Ghosn, y Mitsubishi Motors, Osamu Masuko, la primera empresa comprará 506,6 millones de acciones de nueva emisión de Mitsubishi Motors a un precio unitario de 468,52 yenes (3,77 euros), lo que le permitirá convertirse en el principal accionista de la corporación, por delante de Mitsubishi Heavy Industries. La operación permitirá a Mitsubishi hacer frente en mejores condiciones a su actual crisis, provocada por las investigaciones acerca de la manipulación desde hace décadas de la información sobre consumo de carburante de sus minicoches.

La compañía japonesa, que trabaja en un plan para indemnizar a los afectados por ese fraude, se expone a fuertes multas en su mercado de origen.