En unos días abrirá sus puertas la primera tienda de realidad virtual de videojuegos del mundo, desarrollada por la compañía gallega Sila Games, conocida por el desarrollo de una tarifa plana de videojuegos que imita el modelo de plataformas como Spotify, Netflix o Wuaki, según indican sus creadores, Óscar Mas y Francisco Mosquera. Sila VR Store, como han bautizado al nuevo servicio, permite al usuario, a través de gafas 3D (Samsung Gear VR, Oculus Rift y Vive), vivir la experiencia física de visitar una tienda de videojuegos, comparar productos y hacer sus pedidos sin necesidad de moverse de la silla. Los responsables de Sila Games no descartan exportar la experiencia a otros campos de negocio.

"En esta última edición del Mobile World Congress de Barcelona nos dimos cuenta de que el negocio de la realidad virtual era el futuro y eso nos llevó a crear Sila VR Store", explica Mas, que apunta que Samsung, Facebook a través de Oculus, HTC Vive y en unas semanas Google están apostando fuerte por este tipo de productos. Sila VR Store (vr.silagames.com) estará activa a partir de la próxima semana, disponible inicialmente a través de las Samsung Gear VR, aunque en breve se podrá visitar a través de otros dispositivos 3D como los de Oculus y HTC Vive. Para entrar en esta tienda virtual solo será necesario descargarse la aplicación desde la web, ponerse las gafas y dejarse llevar.

El resto es como ir de compras de la forma tradicional, pero dentro de la realidad virtual. En la VR Store el usuario podrá moverse y seleccionar los juegos que desee de los estantes, compararlos, documentarse y hacer sus pedidos, que se tramitarán posteriormente a través de una confirmación por e-mail. En la tienda también se podrán ver los principales desarrolladores de videojuegos con los que tiene acuerdo la firma viguesa, como Sega, Bethesda, Daedalic, 2K, Ubisoft, Bandai, Kalypso? Y así hasta un total de 48 publishers. "No existe nada parecido", asegura Mas, que no descarta repetir la experiencia para terceros con otro tipo de productos, como libros, películas, etc.

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Los orígenes de Sila Games se remontan a 2013, cuando Mas y Mosquera, entonces estudiantes de Ingeniería Multimedia en La Salle Campus de Barcelona, decidieron crear una especie de Spotify o Netflix de los videojuegos; una plataforma web en la que los usuarios pudiesen descargarse y disfrutar de los videojuegos, como Spotify con la música o Netflix con las series y películas, a cambio de una cuota. La idea gustó a la aceleradora de startups VíaVigo (hoy VíaGalicia, impulsada por el Consorcio de la Zona Franca de Vigo y la Xunta) y Mosquera, vigués, y Mas, ilerdense, se instalaron en el Centro de Negocios de Zona Franca en Nigrán.

El lanzamiento de la tarifa plana está previsto para finales de año, ya que establecer contacto con los diferentes publishers ha llevado su tiempo, según explican los fundadores de la empresa. Sila Games opera actualmente con una plataforma de venta de videojuegos para PC o Mac, con más de 6.300 usuarios registrados, la mayoría en Estados Unidos, Canadá, Australia, Reino Unido, Alemania, Corea del Sur y España. En los últimos seis meses, la compañía ha logrado una facturación de 50.000 euros, y en junio lanzará el primer servicio de suscripción: por 12 dólares al mes el usuario podrá elegir 5 juegos entre varios packs por categorías. Se trata de un paso intermedio antes del lanzamiento de la tarifa plana completa. "El pago por uso cuesta en España; Netflix y Spotify han llegado ahora pero los españoles no estamos acostumbrados al pago por servicio, aunque esa mentalidad va cambiando", reconoce Mas.

Galicia gana posiciones

Galicia, pese a los escasos apoyos a la profesionalización y al reconocimiento como industria cultural de los videojuegos, empieza a ganar posiciones en un negocio que en España supera los 1.000 millones de euros de facturación al año. Firmas como Fiction Games, Gato Salvaje o Iberian Games destacan entre la decena de empresas de la comunidad que se dedican a este negocio. En España hay más de 330 empresas de la industria del gaming. Según la Asociación Española de los Videojuegos (Aevi), el sector facturó 1.083 millones de euros el año pasado, frente a los 996 millones de 2014.