La banca italiana se está desangrando en la Bolsa. Tiene una grave hemorragia interna en forma de alta morosidad y escasas provisiones y el Gobierno de Matteo Renzi está preparando una cura de urgencia. Según diferentes medios planea inyectar unas ayudas de hasta 3.000 millones de euros para compensar la reducción en 10.000 millones de su cartera de créditos morosos solicitada por el Banco Central Europeo (BCE).

El problema es que para administrar esa dosis de fondos públicos necesita una receta firmada por Bruselas y además tendría que aplicarse antes de 28 de julio, porque al día siguiente está prevista la publicación del resultado de las pruebas de estrés que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) ha efectuado sobre 51 entidades para chequear su salud. La sangría en Bolsa de esta semana, liderada por el banco Monte dei Paschi de Siena, se debió a un problema de hipertensión: la que generó la noticia de que el BCE había enviado su carta reclamando la reducción de préstamos dudosos. Pero la hipertensión podría derivar en ruptura vascular del sistema bancario si las pruebas de estrés confirman lo que se temen los mercados. Entones, los riesgos ya serían transalpinos, un achaque más para Europa, aún convaleciente del shock del Brexit.

La cura de urgencia que pretende aplicar el primer ministro italiano a base de fondos públicos trata de evitar un rescate bancario como el de España, que iría acompañado de duras exigencias por parte de Bruselas (el famoso "Memorandum of Understanding"). Renzi no quiere ese tratamiento que condena a la dieta estricta, pero los países centrales de la UE, encabezados por Alemania, son contrarios a que Italia recurra a la medicina alternativa para esquivar el control europeo del rescate bancario. Señalan que habiendo inyecciones de dinero público de por medio el tratamiento solo puede estar supervisado por Bruselas.

No obstante, la UE es consciente de que no sólo está en juego la salud económica, también la política. El Partido Democrático de Renzi recibió un varapalo en las recientes elecciones municipales y el próximo octubre someterá a referéndum sus reformas constitucionales, una consulta que puede perder ante el auge del populista Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo. El pánico a la ascensión de Podemos en España está superado, pero ahora la UE padece el vértigo de Brexit y no se puede permitir un Gobierno de ese cariz en Italia. Apretar a Renzi con un rescate bancario no parece la mejor medicina contra el populismo.

En ese escenario, España podría considerarse agraviada. Habría una desigualdad en el trato a los pacientes. No obstante, el Gobierno de Rajoy guarda silencio sobre el asunto. Mejor no levantar la voz cuando se está en la sala de espera de más recortes por incumplir los objetivos de déficit.