Los contratos laborales de un día se dispararon desde el inicio de la crisis al pasar de 17.700 en el primer trimestre de 2008 a 35.800 en el mismo periodo de 2016, lo que supone una subida del 102%, según datos del Instituto Nacional de Empleo (INE).

Mientras, la contratación por un periodo de siete días o menos aumentó, de enero a mayo, su peso dentro de la contratación temporal y representa ya el 26,5%, casi un punto y medio más que hace un año, según el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).

Las estadísticas del SEPE también ponen de manifiesto que la duración media de los contratos temporales mengua.

Si la media de los contratos temporales era de 55,38 días en el dato acumulado de enero a mayo de 2015, en el mismo periodo de este año la media baja a 51,93 días.

La secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de UGT, Mari Carmen Barrera, apuesta por penalizar a las empresas que, de manera "reiterada", acuden a los contratos de muy corta duración, además de exigirles una justificación laboral, de forma que tengan un carácter excepcional. También demanda reducir el tiempo de encadenamiento de estos contratos.