La situación económica en España y en Galicia dista mucho de la vivida en los años más duros de la actual crisis -algunos datos macroeconómicos han mejorado considerablemente-, pero aún está lejos de alcanzar los niveles de estabilidad y bonanza previos al estallido de la burbuja inmobiliaria y financiera allá por el año 2008. Una muestra de ello es el número de empresas que pasan por dificultades económicas, muy por encima de los niveles precrisis. Las firmas gallegas en concurso de acreedores ascendieron el año pasado a 298, lo que supone un descenso del 33% respecto a las 447 que estaban en esta situación un año antes, pero equivale a multiplicar por seis las compañías en concurso registradas en 2007, cuando eran solo 51. La reducción en el número de empresas que se encuentran en la antes conocida como suspensión de pagos es mayor, del 44%, si el dato del año pasado se compara con el ejercicio en el que se marcaron máximos en Galicia, 2013, cuando se contabilizaron 532 procesos concursales, según los datos publicados por el Instituto Galego de Estatística (IGE).

La situación en España es similar. Las empresas concursadas en el conjunto del Estado ascendieron el año pasado a 4.916, lo que supone una reducción del 50% respecto a los máximos de 2013 (con 9.143 procesos), pero la cifra quintuplica los casos contabilizados en 2007, con 1.033 concursos de acreedores de compañías españolas. Respecto a 2014, cuando se registraron en España 6.564 suspensiones de pagos, el descenso el año pasado fue del 25%.

Por provincias, la gallega que registró en 2015 más empresas en dificultades económicas fue A Coruña, con 130, el 44% del total de la comunidad. Esta cifra supone un descenso del 21% respecto a 2014 (con 165 concursos) y del 46% en relación con los máximos marcados un año antes, con 241 firmas coruñesas en suspensión de pagos. Estos 130 procesos, sin embargo, implican septuplicar (con un repunte del 622%) los registrados antes de comenzar la crisis económica pues en 2007 solo se contabilizaron 18.

La segunda provincia gallega con más empresas concursadas en 2015 fue Pontevedra, con 88, el 29% del total. Esta cifra supone un descenso del 51% respecto a 2014, cuando hubo 181, y una caída un poco superior respecto a los máximos de 2013, cuando rozó los 200 casos. Antes de comenzar la crisis la provincia pontevedresa registraba menos de 25 suspensiones de pagos al año.

Tras Pontevedra aparecen Lugo, con 45 compañías en concurso el año pasado, y Ourense, con 35, con una evolución desde que comenzó la crisis muy similar a la del resto de Galicia.

Por sectores de actividad, el que concentró un mayor número de suspensiones de pagos en la comunidad gallega durante el pasado ejercicio fue la construcción, con 72 empresas en esta situación. Esta cifra supone multiplicar por nueve los casos registrados antes de las dificultades económicas (8), pero también es menos de la mitad que los máximos alcanzados en 2013, cuando 173 firmas gallegas de la construcción solicitaron el concurso de acreedores.

Todas las actividades del sector servicios suman más procesos que la construcción, pero el IGE hace un desglose por grandes grupos, con lo que el segundo con más suspensiones de pagos tras la construcción es el comercio, con 65 casos, frente a los 14 de 2007 y los 111 registrados en 2013, año en el que marcaron máximos.

A continuación aparece la industria, con 40 (frente a los 15 de antes de la crisis y un récord de 134 en 2012), seguido de las actividades profesionales y técnicas (19), el transporte y almacenamiento (18), la hostelería (18), las actividades administrativas y servicios auxiliares (15) y el resto de servicios (11). Mientras, las actividades sin clasificar concentran un total de 25 concursos.

En cuanto al tamaño de las empresas afectadas por las dificultades económicas, el 14% de las gallegas que entraron en concurso de acreedores el año pasado carecía de asalariados, un total de 42. Mientras, en la mitad de los casos (un total de 156, el 52%) eran microempresas, con entre uno y nueve trabajadores. Los procesos de firmas grandes, de más de 100 empleados, por su parte, apenas afectaron a cuatro compañías, un 1% del total. En 2007, antes de empezar la crisis económica, más de dos tercios de las suspensiones de pagos registradas en la comunidad gallega, el 69% del total, fueron de firmas sin asalariados o con menos de 10. Mientras, en el caso de las grandes compañías, con más de un centenar de profesionales en nómina, antes de comenzar la actual coyuntura no había ninguna en concurso de acreedores.