La multinacional estadounidense Alcoa analiza tres escenarios de futuro para sus fábricas españolas -la de A Coruña, la de Cervo (en San Cibrao, Lugo) y la de Avilés (Asturias)- que dependen directamente del modelo energético que haya en España: la continuidad (si hay mejoras en la tarifa eléctrica), la venta de las factorías y ajustes de producción o cierres (las últimas dos opciones si no hay cambios en el sistema energético). En las últimas semanas la compañía aluminera ha avanzado en la segunda vía, la de las desinversiones, y ya han salido a la luz los nombres de varias empresas interesadas en adquirir algunos de los activos, caso de la multinacional alemana Trimet, la española Aludium o la opción de una sociedad mixta entre Atlas -fondo de inversión propietario de Aludium- y Alibérico -presidida por el gallego Clemente González Soler-, además de otros fondos de inversiones.

En el caso de la planta de A Coruña, la plantilla ha constatado la visita de "más de cuatro inversores" en las últimas semanas para conocer las instalaciones, aunque no puede concretar los nombres de las empresas interesadas por el "ocultismo" que reina en la compañía. "Hubo al menos cuatro visitas a la planta de grupos inversores y productores de aluminio, pero seguro que hubo más. Pudieron ser seis, siete u ocho, pero como la empresa no da ninguna información tenemos que ingeniárnoslas para enterarnos de lo que pasa", explicó ayer el presidente del comité de empresa de la factoría de A Grela, Juan Carlos López Corbacho. "Es difícil identificar a las personas que vienen porque la dirección lo gestiona con total discreción y preservando su anonimato", añadió.

Los trabajadores aseguran que los movimientos actuales están dentro de lo previsto -"la empresa ya anunció que los iba a haber"- después de que el grupo hiciese público que estudiaba la opción de la venta en caso de que el marco energético en España se mantuviese inalterable. La plantilla cree que Alcoa avanza en este "camino" para, en el momento en que se defina el modelo eléctrico español, dar inmediatamente el primer paso en dirección al escenario que finalmente elija.

Sobre los aspirantes conocidos a hacerse con las fábricas, López Corbacho, prefiere no dar su opinión: "Puedo analizar la empresa en la que estoy, pero no a los candidatos a hacerse con ella, porque nunca sabes cuál es la mejor opción". Y se mostró preocupado por la falta de información de la aluminera a la plantilla y "lo bien informados que parecen estar los medios de comunicación". "Todo lo que se publicó en su día de la posible venta y las empresas interesadas, vamos viendo que es cierto y nos preocupa porque somos los últimos en enterarnos de todo pese a ser los principales interesados en conocer el futuro de las fábricas", lamentó el presidente del comité de empresa de la planta coruñesa.

En cuanto al futuro marco energético y ante la previsión de que el Gobierno celebre la subasta de la interrumpibilidad -el reparto de primas entre las empresas electrointensivas por reducir o suspender su consumo de energía cuando el sistema no logra atender la demanda- de cara a 2017 en octubre o noviembre de este año, López Corbacho sostiene que la solución a los problemas de empresas como Alcoa es un cambio del modelo energético español, "como han certificado varios concellos, el Parlamento de Galicia y el propio Congreso de los Diputados en la anterior legislatura".

Nuevo modelo energético

"El PP y el resto de partidos votaron a favor de cambiar el sistema tras reconocer que el actual está mal diseñado, por lo que no entendemos que el Gobierno, aunque esté en funciones, no coja el toro por los cuernos y proceda a cambiarlo. Una nueva subasta sería decepcionante", sentenció el portavoz de la plantilla coruñesa, que pidió a los Ejecutivos gallego y central, que exijan transparencia a la multinacional estadounidense en todas las decisiones que adopte en relación con las fábricas españolas.

Precisamente, el conselleiro de Industria, Francisco Conde, pidió ayer a Alcoa que "despeje su futuro" y concrete su apuesta por Galicia, a través de un "plan industrial" que garantice la continuidad de la empresa y con ello su competitividad, al tiempo que ratificó el apoyo de la Xunta siempre que lo haga "en términos de apuesta por Galicia".