El cambio en la presidencia de Inditex apenas se notó en la compañía porque Pablo Isla ya llevaba varios años como la cara visible del grupo y porque su carácter es similar, en muchos aspectos, al de Amancio Ortega. Entre ellos está el de querer estar alejado de los focos, de ser muy celoso de su intimidad, característica, sin embargo, no tan acentuada como en su predecesor.

El máximo ejecutivo de la textil de Arteixo es un devorador de libros -desde novelas a ensayos-, con la obra de Shakespeare en su altar literario, y entre los deportes que practica están el pádel y el tenis. Además, es aficionado al fútbol. Le gusta el Real Madrid, pero desde su llegada a Inditex sigue cada vez más al Deportivo.

A sus 52 años, Isla cuenta con una larga trayectoria profesional. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, en 1988 ingresó en el Cuerpo de Abogados del Estado como el número uno de su promoción. En 1992 se fue al Banco Popular, que abandonó en 1996 para convertirse en director general de Patrimonio del Estado en el Ministerio de Economía, pero volvió a la entidad financiera solo dos años y medio después. En julio del 2000 accedió a la presidencia de Altadis, en sustitución de César Alierta, y en 2005 llegó a Inditex, donde fue consejero delegado y vicepresidente antes de convertirse en el sucesor de Amancio Ortega.

Los que lo conocen aseguran que es un perfecto "director de orquesta", un líder que forma grupos y delega en ellos y "que escucha más que habla, porque cree que siempre puede aprender algo de los demás".

Es un defensor de la sanidad y la educación públicas -la tercera de sus tres hijos, la única que nació en A Coruña, lo hizo en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac)- y su vinculación con la ciudad y con Inditex es cada vez mayor, hasta el punto de que en su día llegó a asegurar: "Me veréis toda la vida en Inditex".