El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Antonio Dieter Moure, aseguró ayer en Santiago que entre los meses de agosto y septiembre estará cerrado el nuevo plan de viabilidad con el que tratará de convencer a los bancos para que no dejen caer a la patronal gallega, a la que "nunca negaron" su ayuda. Moure, acompañado por el responsable del área económica de la organización, José Antonio Vázquez, compareció tras una nueva junta directiva para "salir al paso" de las informaciones que estos últimos días volvieron a evidenciar la división que existe en el seno de la CEG.

Moure negó incluso que se plantease dimitir. "No lo valoré profundamente, pero lo pensé por una cuestión de responsabilidad", matizó, antes de añadir que si es "la solución" a los problemas de la entidad, dará "un paso al lado", aunque repitió que la banca lo "apoya", tanto a él como al actual equipo directivo. Moure defendió que la CEG es "fiable y viable" y negó la división interna en la patronal, ya que los empresarios de las cuatro provincias están "todos a una" y quieren que se solucionen los problemas económicos para que se hable de "los temas que les preocupan".

En cuanto al plan de viabilidad, los responsables de la patronal afirmaron que continúan en negociaciones con las entidades financieras, pero prevén que esté "solucionado" a principios del mes de septiembre. A mayores, anunciaron que la próxima semana cerrarán unas "pólizas de crédito" para hacer frente al pago de las nóminas y las cantidades que la CEG adeuda a la Plataforma Empresarial en el Exterior de Galicia (Pexga), que serán financiadas por la ley de participación institucional una vez que la CEG acredite cierto tipo de inversiones.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, recordó anteayer que los presupuestos gallegos establecen ayudas institucionales tanto para las organizaciones sindicales como para la CEG, a las que accederán en cuanto acrediten el "cumplimiento y desembolso" en gasto de importes "similares" a las ayudas.

Por otra parte, Moure cifró en ocho los despidos que tendrá que efectuar la CEG para afrontar el plan de viabilidad, del que aseguró que está "vivo" y todavía puede sufrir cambios.