La banca dio buena imagen ante los examinadores de los test de estrés, pero los inversores no han sido tan complacientes. Todo el sector europeo sufrió ayer un duro correctivo, del 4,8%, con suspensiones de cotización y profit warning (anuncios oficiales de beneficios peores de lo esperado), lo que devolvió la volatilidad a las Bolsas en un mes de agosto con menos capital negociado y en el que, por tanto, las fluctuaciones son más probables y menos predecibles. En España el Ibex se dejó un 2,77% en su peor sesión tras la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea (Brexit).

El selectivo encadenó así dos sesiones consecutivas en negativo coincidiendo con los primeros días del mes de agosto y abandona la cota de los 8.300 puntos.

El farolillo rojo de los bancos en España fue CaixaBank, que se dejó un 5,37%, seguido de Banco Popular (-5,35%). La entidad que preside Ángel Ron encadena dos sesiones con fuertes pérdidas después de dejarse un 5,9% el lunes. Su aprobado en los test de estrés fue claro, aunque el más justo en comparación con los otros cinco bancos analizados por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés). Pero aprobados más holgados como el de Santander o Sabadell no enfriaron el miedo de los inversores y también penalizaron ambos valores en el parqué, con pérdidas superiores al 5%. Dentro del Ibex sólo dos valores esquivaron las pérdidas: Viscofan (+0,6%) e Indra (+0,3%) y otras firmas ajenas al sector sufrieron. Es el caso de Telefónica (-3,8%), ACS (-3,3%) y Bankinter (-3%). Repsol e Inditex cedieron por su parte un 2% y un 1,7%, respectivamente.

En todo caso fue la banca alemana e italiana las que protagonizaron las malas noticias. Commerzbank lanzó primero un profit warning, que atribuyó a la baja demanda de crédito y los tipos muy bajos. En el mercado no descartan que incluso sufra una caída de beneficios a cierre de año. La entidad cerró la sesión con una depreciación de su valor en Bolsa de casi el 9,2%. Deutsche Bank se dejó otro 4,3% y Credit Suisse, que acumula una caída de casi el 50% en lo que va de año, el 6,19%. Las pérdidas bursátiles desde enero para el conjunto del sector bancario europeo superan ya el 30%.

Pero los ojos ahora apuntan sobre todo a Italia. Uno de sus bancos, el Monte dei Paschi, fue el único que suspendió los test de estrés. Aunque ha presentado un plan de recapitalización para paliar el déficit de capital detectado en las pruebas, los inversores lo penalizaron ayer con un descenso de más del 16%, que obligó a la Bolsa de Milán a suspender su cotización de forma temporal. En las pruebas el Monte dei Paschi tendría una ratio de capital CET1 del -2,2% en el escenario adverso, y un nivel de capital fully loaded (de máxima calidad) del -2,4%. Unicredit, el mayor banco del país, cayó otro 7,15%.