Ilusión, tesón, honradez y desempeño son cualidades intangibles que adornan la personalidad de todo buen empresario. De toda persona que intente emprender. Y todas y cada una de ellas definen la personalidad irrepetible de Epifanio Campo, verdadero alma máter de un grupo empresarial pionero en Galicia que ha sabido sentar las bases para que la imagen del mismo y de la misma trascendiese más allá de nuestras fronteras, como así ha ocurrido.

Amigo de sus amigos, Epifanio ha fallecido -estoy seguro- con la tranquilidad que a cualquier persona le da el haber hecho muchas cosas en beneficio de la tierra en la que se asentó desde joven: Galicia.

Nacido en la localidad leonesa de Puente de Domingo Flórez, muy próxima a la, sin duda, más conocida ciudad de Ponferrada, Epifanio Campo supo crear un grupo de empresas que ha sido y es pionero en Galicia. Ligado a sectores tan diversos como la cerámica, la pizarra, la construcción, las finanzas y los servicios, entre otros, trabajó desde joven con un objetivo claro: crear riqueza económica y social.

La muerte de Epifanio Campo nos deja, sin duda, sin uno de los mejores y más activos emprendedores, justamente en un momento en el que la economía precisa de aquellos que disponen del empuje y la firmeza de un hombre como él, afable, gran conversador y que disponía de una cualidad que seguramente lo diferenciaba de otros muchos: sus trabajadores y trabajadoras eran sus verdaderos amigos, tanto es así que los consideraba como si formasen parte de su propia familia.

Epifanio era tan buen empresario como persona. Su fortaleza le hacía hablar de esa enfermedad que a muchos nos produce pavor con desparpajo y naturalidad, dando siempre ejemplo de tesón en la lucha y de mercada personalidad.

El colectivo empresarial gallego, en particular, y nuestra comunidad, en su conjunto, se encuentran de luto, ya que, desde ayer, jueves, nos falta uno de los mejores precisamente en el momento en que más precisamos de aquellos que, a lo largo de su vida, como ha ocurrido con el caso de Epifanio, más han contribuido a la prosperidad de Galicia y de los gallegos.

Estoy convencido de que la tristeza que hoy embarga a su familia se verá acompañada del orgullo de haber convivido con una persona y un empresario ejemplares que nos deja una huella indeleble y un legado que espero se mantenga por el bien de Galicia y de los gallegos y gallegas.

Epifanio, te echaremos de menos.