La Comisión Australiana de Competencia y Consumo (ACCC, por sus siglas en inglés) anunció ayer que ha demandado al fabricante alemán de automóviles Volkswagen y su subsidiaria en Australia por el escándalo de los motores diésel trucados para ocultar sus emisiones.

El presidente de la ACCC, Rod Sims, señaló en un comunicado que Volkswagen incurrió "en múltiples violaciones de la Ley Australiana de Consumo al ocultar un programa informático en sus vehículos para manipular las pruebas de emisiones y engañar a los consumidores".

La demanda presentada en un tribunal federal acusa a la compañía germana de engañar al usuario cuando afirmaba que sus vehículos cumplían con los estándares europeos y australianos y todos los requerimientos locales. La conducta de Volkswagen pudo inducir al público a sacar conclusiones equivocadas sobre las emisiones de los vehículos diésel entre los años 2011 y 2015, según el demandante.