El Banco Central Europeo (BCE) optó por la cautela y mantuvo inalterada ayer su política de tipos de interés (0%) y su programa de expansión monetaria (80.000 millones mensuales hasta marzo de 2017), en los mismos términos en que ya se está ejecutando, aunque dejó abierta la posibilidad bien a la intensificación de los estímulos o a la prórroga de su ofensiva más allá de marzo si antes no se alcanza el objetivo del 2% de inflación en la eurozona.

El consejo del BCE, que optó por esperar a disponer de más datos sobre el entorno internacional, el efecto Brexit y otras amenazas, y que ni tan siquiera llegó a debatir una eventual revisión de su política, admitió -en declaraciones de su presidente, Mario Draghi- que, aunque no se han constatado cambios de contexto suficientemente significativos como para cambiar la pauta de intervención y aunque confía en que la economía siga creciendo "a un ritmo moderado, pero sostenido", el "escenario base" sobre el que trabaja el eurobanco "está sujeto a riesgos a la baja" .

Draghi sostuvo que la política macroeconómica del BCE está dando resultados y que la economía se está demostrando resistente. Sin embargo, al cabo de ocho años del inicio de la crisis y tras haber inyectado más de 1,001 billones en compra de activos y con los tipos de interés en el 0%, la inflación sigue en el 0,2% y el crecimiento del PIB del área se sitúa en un escaso 1,6% interanual.

Pese a todo, el BCE elevó ayer su previsión de crecimiento para este año en una décima respecto a su predicción de junio (espera que el ejercicio acabe con un avance del 1,7%) pero revisó a la baja (también en una décima) sus estimaciones para 2017 y 2018: cree que la eurozona crecerá en ambos ejercicios el 1,6%, cuando lo anticipado en junio era el 1,7%.

El BCE confía en que la inflación (ahora en el 0,2%) avance en 2017 hasta el 1,2% (una décima menos de lo dicho en junio) y al 1,6% en 2018, aunque en parte será por un efecto estadístico.

Draghi reclamó además más apoyo al crecimiento por parte de los Gobierno mediante reformas y -en el caso de los países con margen fiscal- con más inversión pública y aseguró que para favorecer la inflación y neutralizar el riesgo de deflación convendría elevar los salarios en la eurozona.

Análisis de los expertos

La decisión del BCE de no introducir cambios en los tipos de interés y mantener las condiciones de sus actuales medidas no convencionales de estímulo solo supone, según los analistas, aplazar su intervención, al no querer gastar "la poca munición que le queda". Además consideran que probablemente en diciembre anunciará una extensión del calendario del programa de compras, así como modificaciones técnicas del mismo.

Los expertos consultados por Europa Press coinciden en que la reunión de septiembre del Consejo del BCE se saldó sin sorpresas, aunque la entidad "ha decepcionado en cierto modo a los mercados", según Mitu Patel, responsable de tipos de interés de Henderson Global Investors. No obstante, ve probable que el BCE extienda la compra de activos más allá de marzo de 2017.

El analista de IG, Daniel Pingarrón, destaca, por su parte, que Draghi "no ha gastado la poca munición que le queda" y se abstuvo de anunciar la extensión del QE o de modificar sus criterios, demostrando que "el BCE está muy lejos del Banco de Japón".