De nada sirvieron los movimientos que el presidente de la CEOE, Joan Rosell, hizo la semana pasada para conseguir que el Ministerio de Hacienda renunciase a elevar los tipos mínimos de los pagos fraccionados del Impuesto Sobre Sociedades. El dirigente de la patronal se reunió con el ministro, Cristóbal Montoro, para mostrarle su oposición a la reforma del impuesto y reclamarle que no hubiera alza de tipos. El miércoles el portavoz de las pymes Antonio Garamendi decía que el alza se realizada "con nocturnidad y alevosía". El Ejecutivo tiene claro que reducir el déficit es sagrado y seguirá adelante si tiene el respaldo de los otros partidos, aunque esto signifique revertir y recaudar por la vía rápida parte de lo que dejó de ingresar por la reforma fiscal; sólo en este año, 2.500 millones hasta agosto .