El ministro de Justicia y Fomento en funciones, Rafael Catalá, defendió ayer que el Estado asuma la gestión de las autopistas radiales de Madrid (la R-3, Madrid-Arganda, y la R-5, Madrid-Navalcarnero), actualmente en proceso concursal, y apuntó que su rescate, valorado en unos 8.000 millones, puede resultar "un buen negocio".

"No es un rescate por nada, no es poner dinero público para nada, son infraestructuras que tienen un alto coste (...) a lo mejor es un buen negocio porque nos han salido mucho más baratas de lo que hubiesen costado si las hubiésemos realizado con cargo a los presupuestos en aquel momento", defendió Catalá en declaraciones en TVE. "No es dinero tirado ni mucho menos", subrayó el ministro, para quien lo importante es que las autopistas sigan abiertas con el horizonte de que en unos años vuelvan a recuperar tráfico.

El pasado viernes, el juez de lo Mercantil número 6 de Madrid decidió que estas radiales siguieran funcionado en manos de sus concesionarias evitando así su cierre.