España, pese a la falta de Gobierno, sigue creciendo a un ritmo superior al del resto de economías avanzadas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elevado sus previsiones de crecimiento del PIB para España en 2016 en medio punto, hasta el 3,1%, y para 2017 en una décima, hasta el 2,2%, lo que la mantiene como la economía más dinámica entre las grandes desarrolladas. Y ello en un contexto de incertidumbre generada por la anunciada salida del Reino Unido de la UE y un frenazo mayor de lo previsto en EEUU, principales factores de un crecimiento global aún "apagado", que puede empeorar si triunfan los llamamientos "populistas" al proteccionismo, advirtió ayer el FMI.

La previsión del Fondo para este año en España es levemente superior a la del Gobierno, situada en el 2,9%, y la de 2017 es una décima inferior, ya que el Ejecutivo calcula un 2,3% de crecimiento. La revisión al alza para 2016 es la mayor de las recogidas para las principales economías del euro respecto a las proyecciones anunciadas en julio y está vinculada a un entorno externo "mucho más favorable de lo previsto". No obstante, el FMI advierte de la progresiva moderación a medio plazo del ritmo de crecimiento hacia el potencial actual de en torno al 1,5% anual. "En España se espera que el crecimiento se mantenga en general estable en 2016 y se modere del 3,1% al 2,2% para 2017", subraya el informe del FMI al compararlo con la expansión del 3,2% en 2015 y sin hacer mención a la incertidumbre política de casi un año con un Gobierno en funciones.

España seguirá con una de las tasas de desempleo más altas de la zona euro. Concluirá 2016 en un 19,4% y el indicador se situará en el 18% en 2017, tras finalizar el pasado año en un 22,1%. El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, destacó ayer el "sabor agridulce" de la evolución y perspectivas de la economía española, toda vez que ha "sorprendido positivamente en 2016", pero empieza a dar "señales" de que algunos indicadores pueden empezar a declinar.

España sin embargo deberá acometer ajustes fiscales en el futuro ante el incremento de la deuda pública hasta el entorno del 100% del PIB y el incumplimiento de las metas de déficit como consecuencia en parte de la ausencia de medidas respaldadas por un Gobierno fruto de la incertidumbre política en el país. Gian Maria Milesi-Ferretti, director adjunto del Departamento de Estudios del FMI considera que las condiciones del mercado son propicias a España, aunque tendrá que hacer ajustes "de cara al futuro".

Para la zona euro, la expansión económica será notablemente inferior, con un crecimiento del 1,7% esperado para este año y del 1,5% el próximo, en ambos casos una décima por encima de lo previsto en julio. Como impulsores de este crecimiento, el FMI sitúa "los bajos precios del petróleo, la modesta expansión fiscal en 2016 y la expansiva política monetaria del Banco Central Europeo (BCE)", mientras que la "debilidad en la confianza de los inversores debido a las dudas sobre la salida del Reino Unido del bloque europeo y la persistente debilidad" en parte del sistema financiero serán obstáculos.

La incertidumbre generada por el Brexit y un frenazo mayor de lo previsto en EE UU son los principales responsables del estancamiento del crecimiento global, que puede empeorar si triunfan los llamamientos "populistas" al proteccionismo, advirtió ayer el FMI. "Es de importancia vital defender las perspectivas de una mayor integración comercial. Dar marcha atrás al comercio solo puede profundizar y prolongar el actual estancamiento", aseguró Maurice Obstfeld, economista jefe del FMI, insistiendo así en la alarma sobre las recetas proteccionistas "populistas", que se están escuchando en EEUU y Europa, y que -dijo, sin citar a Donald Trump- están alimentadas por la sombra de "un persistente estancamiento".

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