Exconsejeros de Caja Madrid y de Bankia, que ayer siguieron prestando declaración ante la Audiencia Nacional por los pagos y extracciones de dinero de cajeros automáticos realizados con tarjetas de ambas entidades opacas al Fisco mantuvieron ayer que se trataba de una práctica legal. Los empresarios y exdirigentes patronales Arturo Fernández y Gerardo Díaz Ferrán y el expresidente de la Asamblea de Madrid por el PP Jesús Pedroche sostuvieron, como hicieron otros procesados en las sesiones previas, que se trataba de "tarjetas de libre disposición" y que "no era preciso justificar los gastos siempre que no se superase el límite asignado".

Pedroche, que también fue consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid y exconcejal en el Ayuntamiento, dijo que no recuerda haber formado parte de la comisión de retribuciones del grupo bancario pese a que su nombre figura en varias de las actas. Según el expresidente de Caja Madrid y de Bankia Rodrigo Rato, era esta comisión la que determinaba las retribuciones de los consejeros.

Como otros imputados, los exconsejeros de Caja Madrid Alberto Recarte y José María Arteta Vico no reconocieron la validez de las hojas de cálculo Excel, principal prueba del presunto delito de apropiación indebida del que se les acusa, ya que contienen, dijeron, multitud de errores con gastos duplicados y cargos efectuados -afirmaron- con tarjetas clonadas.

El economista Alberto Recarte aseguró a su vez, como otros beneficiarios, que "nunca" puso en duda la legalidad del sistema y que siempre se fió del equipo jurídico de las entidades bancarias.

El exsindicalista Rodolfo Benito, de CCOO, mantuvo que él jamás realizó pagos con la tarjeta en joyerías y supermercados, como asegura la actual Bankia en el informe aportado a la Fiscalía, y advirtió al fiscal Alejandro Luzón de que para condenarlo "hay que demostrar" que hizo tales operaciones con extractos bancarios con las correspondientes garantías. Las tarjetas, señaló, estaban autorizadas, eran conocidas y estaban controladas y consentidas.

Sin embargo, el expresidente de la patronal española CEOE Gerardo Díaz Ferrán, en prisión por la quiebra irregular de su grupo de empresas, admitió pagos que figuran en el listado en formato Excel "pero no sé la cuantía total porque algunos pagos están duplicados".

El exlíder de los empresarios españoles dijo que gastó con su tarjeta opaca la mitad de lo que se le atribuye, en todas las ocasiones en restaurantes del expresidente de la patronal madrileña Arturo Fernández y siempre para agasajar a empresarios, a los que les decía: "Invita Caja Madrid". Durante el interrogatorio al que le sometió el fiscal, señaló que durante los seis años en los que fue consejero de la caja -entre septiembre de 2003 y noviembre de 2009- sólo efectuó gastos con la tarjeta en el último año y medio.

En ese tiempo, en el que desembolsó 94.000 euros, sólo la empleó para celebrar almuerzos y cenas en restaurantes propiedad de Arturo Fernández, con empresarios de Madrid y de otras comunidades, apuntó, pero insistió en que únicamente reconoce la mitad de lo que se le atribuye. "Reunía a empresarios en comidas y les iba aconsejando que abrieran (cuentas) en Caja Madrid. Yo creo que conseguí muchos clientes, y por eso pensé que no tenía por qué pagar de mi bolsillo. A todos ellos les decía, os invita Caja Madrid", explicó.

Límite de 25.000 euros

Arturo Fernández, por su parte, relató que recibió la tarjeta de manos de la Secretaría General de Caja Madrid en presencia de José Manuel Fernández Norniella, consejero ejecutivo de la entidad, y que se le dijo que era de libre disposición con un límite de 25.000 euros anuales. "De la fiscalidad se ocupaba Caja Madrid", aclaró el empresario a preguntas del fiscal.

Preguntado por si llegó a alcanzar el límite fijado en su tarjeta, Fernández respondió que no ya que "no tenía necesidad" y aclaró que nunca tuvo acceso al desglose de sus gastos, que ascienden a 38.776 euros entre los años 2010 y 2012, según el informe pericial presentado por Bankia, que ejerce la acusación particular.