El exconsejero delegado de Bankia y número dos de la entidad, Francisco Verdú -uno de los altos directivos que renunciaron a utilizar la tarjeta para gastos particulares y opaca al Fisco- acusó ayer al expresidente de la entidad, Rodrigo Rato, de poner en marcha en marzo de 2012 este sistema de retribución oculto -inspirado en el que ya tenía Caja Madrid- para eludir el recorte salarial que impuso por decreto el Gobierno en febrero de ese año a la alta dirección de los bancos con ayudas públicas.

La comparecencia ayer de Verdú como testigo en la causa que se sigue contra 65 exdirectivos y exconsejeros de Caja Madrid y Bankia fue muy adversa para los intereses judiciales de Rato y del exdirector general Ildefonso Sánchez Barcoj, a los que el testimonio de Verdú tumbó su estrategia de defensa.

Verdú, un ejecutivo con larga trayectoria en el sector bancario y que fue contratado por Rato en 2011, aseguró que éste "se enfadó y se molestó mucho" cuando en marzo de 2012 le comunicó que no iba a usar la tarjeta porque era una "mala praxis" bancaria y que su uso para gastos particulares podría tener "graves consecuencias".

Verdú, que ratificó ayer ante el tribunal lo que ya había declarado ante el juez instructor, sostuvo que en la conversación que tuvo con Rato en marzo de 2012 (dos meses antes del cese forzado de la cúpula de Bankia) advirtió al exministro de que "en 30 años de experiencia profesional en el sector financiero" nunca había visto tal método remunerativo y que la tarjeta de libre disposición para costear gastos sin necesidad de justificación "no estaba" en su contrato.

El ex número dos de Bankia desveló que, en un tono de mayor confianza, advirtió entonces al presidente del banco de las posibles consecuencias legales y mediáticas: "Rodrigo, no uses esta tarjeta. Si la utilizas para gastos tuyos, acabarás saliendo en los papeles". Este aviso lo repitió, dijo, a Sánchez Barcoj.

Según Verdú, en aquella conversación advirtió al exdirector gerente del FMI de que "en un banco no puede haber gastos sin justificar". Según su testimonio, Rato reaccionó con desdén cuando, acto seguido le informó de que él no iba a hacer ningún gasto con ese medio de pago oculto a Hacienda: "Bueno, quédatela y haz lo que te dé la gana", le replicó Rato, según Verdú.

El decreto de De Guindos redujo la remuneración de Rato de 2,5 millones anuales a 600.000 euros. Según Verdú, Rato "llevaba varios meses preocupado por el decreto que preparaba el Gobierno para limitar la remuneración de los directivos" de las entidades que habían pedido ayudas.

El exconsejero delegado sostuvo que el hecho de que los gastos de las tarjetas fuesen "deducibles fiscalmente" por Bankia (un argumento utilizado por varios de los acusados) "no significa", dijo Verdú, "que sean legales". Este argumento ataca otra de las líneas de defensa de los procesados.

Verdú dijo ayer que había avisado de que no se puede contabilizar un gasto sin justificar porque, "al no ser gastos necesarios para el negocio, perjudican a la entidad". Verdú acusó a Barcoj de haber falsificado su firma con una rúbrica que no es la suya en el contrato de la tarjeta que se creó a su nombre. La defensa de Barcoj anunció una querella.