El presidente del Instituto de Empresa Familiar (IEF), Ignacio Osborne, se convirtió ayer en el perfecto portavoz de los más de 550 industriales que se dan cita hasta esta tarde en el Palacio de Congresos y Exposiciones de A Coruña (Palexco). Su discurso fue pronunciado más de una hora antes de que la organización del congreso realizase una encuesta interactiva que otorgó un monumental suspenso a la clase política (1,79 sobre 9). El también consejero delegado del grupo Osborne demandó ante el Rey estabilidad política para garantizar el desarrollo económico y empresarial. "En estos momentos en los que estamos pendientes de la formación de gobierno, conviene recordar que la confianza es el principal aliado de la inversión, y, por el contrario, la incertidumbre su mayor enemigo. Nuestro país necesita estabilidad institucional, regulatoria y económica para consolidar esta nueva etapa de crecimiento", proclamó.

El directivo dejó claro también ante el presidente de la Xunta, el alcalde y el delegado del Gobierno que de las empresas familiares "se puede aprender mucho" por su "visión de largo plazo, rigor, disciplina, austeridad, cultura del esfuerzo, de asunción de riesgos, y compromiso social y con el territorio". Y ante esta cultura del esfuerzo el IEF, dijo su presidente, debe ser "crítico e intolerante" con la corrupción en cualquiera de sus formas.