La Comisión Europea presentó ayer su propuesta para poner en marcha una base común y consolidada del impuesto de sociedades, que será obligatoria para las multinacionales que superen unos ingresos de 750 millones de euros, con el objetivo de combatir la evasión y la ingeniería fiscal de las grandes corporaciones. El proyecto del Ejecutivo comunitario no es nuevo, puesto que ya presentó en 2011 una propuesta similar, paralizada desde entonces por las reservas de algunos socios comunitarios. En su nueva apuesta, Bruselas cree que los estados miembros serán capaces, primero, de acordar una base común del impuesto de sociedades y, una vez superada esta fase, se trabajará en la cuestión "compleja" de la consolidación.

La CE cree que una base común y consolidada del impuesto de sociedades (Biccis) tendría un impacto importante en la lucha contra la evasión fiscal. En este sentido, defiende que eliminará disparidades y las lagunas legales entre los distintos sistemas nacionales, que las grandes corporaciones "explotan" para evadir el pago de impuestos.

Mientras, el Parlamento Europeo pidió ayer una legislación para obligar a las empresas europeas a respetar los derechos humanos en todas sus operaciones globales. La Eurocámara abogó por introducir cláusulas de responsabilidad corporativa en los acuerdos de comercio e inversiones que firme la UE y por la creación de un etiquetado "libre de abusos" a nivel comunitario. La aplicación de la nueva etiqueta, que serviría para informar a los consumidores, se verificaría mediante un organismo independiente de supervisión.