Lleva el nombre de un personaje de Julio Verne, el ingeniero Cyrus Smith de La Isla Misteriosa. Lo explica porque sabe que llama la atención, pero lo peculiar no está solo en su DNI. Cirus Andreu Cabot es un sabio y, también, responsable de Inversiones de Banco Sabadell.

-¿Será la política la clave dominante en el escenario económico de 2017?

- La política es lo nuevo. Contaba muy poco porque estaba todo atado y bien atado, y ahora tenemos factores como el Brexit, la llegada de Trump, la aparición del movimiento Cinco Estrellas en Italia, Pegida en Alemania, Podemos en España, Tsipras en Grecia? Todo eso hace que todo lo que estaba atado (programa de austeridad, consolidación fiscal y otros planes socialdemócratas) que se daba por evidente cambia. Por eso la política es la novedad para 2017 porque tiene una potencia para cambiar las cosas respecto de lo previsto importantes.

-¿De qué advierte?

-De los costes hundidos, de cuestionar algunas de las políticas que están en curso. Soy un convencido de la construcción europea, los beneficios son extremadamente tangibles, pero entiendo que el empleado de una automovilística en el norte de España que ha visto la doble escala salarial, una brutal contracción de sueldo y de plantilla, pueda sentirse perdedor. Es muy fácil que la gente se deje llevar por las emociones, las empatías que a veces mueve la política. Hemos llegado a una situación de equilibrios económicos y financieros que no se corresponden con un equilibrio social, y eso plantea muchas dificultades. Ahora las cosas se moverán pendularmente hacia lo social.

-¿Y en qué se traducirá?

-En hablar de salarios, de distribución de la riqueza? La desigualdad es una mala manera de llamarle al problema porque tiende a ser vista en términos de resultados y no de oportunidades, pero todo este debate va a cobrar muchísimo protagonismo en los próximos meses. Hemos llegado a regímenes de precariedad que son insostenibles con nuestro modelo. Aquí hay un ejercicio de volver a definir con precisión cuáles son los objetivos principales de política económica: ¿es crecer, reducir el desempleo, maximizar la prosperidad?

-¿Y reducir la desigualdad?

-Es muy difícil hacerlo desde la política. Es el debate aquel tan simple de "¿qué hay que hacer, exterminar a los ricos o conseguir más riqueza?". Muchas veces en el debate político parece que haya un ejercicio de venganza sobre aquellos que se entienden que han salido mejor parados de la crisis: la banca, los ricos, los especuladores? Son criaturas de la ficción, cada uno tiene estas figuras contra las que es muy fácil articular un discurso político. Tradicionalmente el populismo es eso, buscar un enemigo y todo polariza alrededor de éste. Probablemente tienes que hacer todo a la vez: crear más riqueza y que llegue a más gente.

-De acuerdo. ¿Pero cómo?

-Hay varias maneras. Una es emplear a más gente, otra emplear mejor a la gente, subir los salarios a los que ya tenían un salario bueno? En algunos países como Alemania esto se ha discutido, si era más importante subir los salarios en convenio, el salario mínimo o tener una renta básica. Todo a la vez no lo puedes hacer, y optar por una cosa u otra es muy distinto. En Alemania optaron por los minijobs, que han servido para ocupar a mucha gente y que es un gran amortiguador de una recesión y mantienes a la población activa conectada con el mundo del trabajo y la economía.

-¿Se esperaba el triunfo de Donald Trump?

-Sí. Acerté en una cosa, y es que Trump es un vendedor hábil. Estos discursos que le he hecho la gente los entiende, los admite pero los ve extraños a sus cuitas personales, no van con ellos. Trump ha conseguido tocar la cuerda del arpa que suena. Si dices que quieres más industria, ocupar a la gente? la gente entiende lo que le dices. Si le hablas de la austeridad, el déficit, la consolidación? Le parecerás muy sabio pero no va con ellos. Clinton es muchísimo más lista y está muchísimo más formada, pero es cero vendedora. Como el vendedor es muy listo, de lo que ha dicho aplicará lo justito, todo lo demás es amor en el sentido de habilidad comercial.

-Usted se refiere a gobiernos de profesores y de empresarios.

-Claro, las últimas administraciones republicanas y las dos de Obama fueron así. Y aquí en Europa también, es una especie de un gobierno independiente quien maneja la política monetaria, y te piden mínimo un par de doctorados. Al final tienes a Big Bang Theory llevando la política de un continente entero. Y Trump nombrará a gente que viene del mundo de la empresa para ocupar puestos clave. Los profesores te dirían que las políticas no cooperativas te llevan a un subóptimo que reduce el potencial de tu crecimiento? Sí, ¿y mañana? Los populismos dan las respuestas para mañana, no a futuros lejanos...

- ¿Acabará el mandato Janet Yellen?

-Todos los gobernadores de la Reserva Federal, que suelen ser gente de bastante edad, han tenido problemas físicos graves. Bernanke, Greenspan... Este último se levantaba a las cinco de la mañana para estar dos horas en una bañera con agua caliente, tenía unos problemas de espalda muy fuerte. Yellen tienen crisis de vómito antes de las reuniones de la Fed. Son gente tan sobreformada que llevan muy mal la responsabilidad que conlleva su cargo, y Yellen lo lleva mal. Trump ya ha dicho que no la quiere.

-¿Confía en la reindustrialización europea?

-Es uno de los temas de política económica más importantes, pero no se va a hacer alrededor del carbón o la construcción naval. Se puede hacer en paralelo. Hay polos que se están revitalizando en torno al textil, la siderurgia? porque las empresas se están dando cuenta que las ventajas de la deslocalización y la globalización tienen unos límites. Cuando tú te pones a fabricar en China lo haces con unos costes de allí, cuando empiezas son inferiores pero, pasado el tiempo, van convergiendo con los tuyos. Y están sujetos a una cadena de suministros que tiene un riesgo espectacular. Volkswagen lo ha visto, y Toyota también tuvo cadenas paradas por problemas de sus proveedores vietnamitas. H&M fabrica en Bangladesh pero también ha aprendido a hacerlo en Igualada, Barcelona, porque para las tiradas cortas le favorece.

-Están retornando empresas a España.

-Sí, las actividades de servicio posventa de determinados fabricantes y distribuidores con mucho éxito, y eso genera empleo cualificado aquí. ¿Por qué no abordamos este tipo de reformas? La logística se está instalando en España, y también el comercio electrónico. ¿Por qué nadie atiende a eso y todo el mundo atiende al modelo que va a hacer PSA aquí, Seat en Martorell? Hay procesos industriales que tienen un valor cada vez más simbólico. Es cierto que el automóvil tiene mucha importancia por la actividad y empleo indirectos que conlleva, pero no todo se acaba aquí y el debate político está muy centrado en estos sectores.