Ferroatlántica espera obtener entre 500 y 600 millones de euros con la venta de las seis centrales de los ríos Xallas y Grande vinculadas a la actividad industrial de ferroaleaciones en Cee y Dumbría, según la CIG, que desveló esta cifra tras la reunión que la dirección mantuvo con los comités de empresa el martes en Madrid. Según explicaron representantes de este sindicato, los directivos del grupo precisaron que el comprador "ofrece" un precio equivalente al resultado anual (entre 25 y 30 millones) que generan las centrales multiplicado por un periodo de 20 años, lo que según la CIG equivaldría a entre 500 y 600 millones de euros.

La compañía evita concretar detalles de la reunión del martes y de las celebradas ayer en Santiago entre el presidente de Ferroatlántica, Pedro Larrea; el responsable de Recursos Humanos, José María Merino, y el director de las plantas de Cee y Dumbría, Javier Vázquez, y los trabajadores de los centros de Fisterra y los de Sabón.

La firma insiste sin embargo en que el plan industrial prevé una fábrica de carbón vegetal con 96 empleos, aunque reconoce que sólo 20 de ellos serían plantilla de la multinacional -como ayer publicó este diario-, mientras que los otros 76 serían indirectos, por subcontratas.

El equipo de Larrea busca una negociación con los sindicatos sobre el plan industrial que quiere financiar con la venta de las centrales, pero ayer al menos el comité de Dumbría y Cee y la CIG dejaron clara su oposición a negociar un "plan de reestructuración y desmantelamiento industrial".

Ferroatlántica argumentó ante los sindicatos que las centrales son "como un mueble viejo" al que le sacarían más rentabilidad con la venta que si se quedan con ellas, por los gastos financieros que le generan. La dirección precisa además que el eventual comprador de los saltos de agua garantiza el mantenimiento de los 31 puestos de trabajo de las centrales -actualmente éstas y las fábricas componen una plantilla única con una sola representación sindical- durante un plazo de cinco años. La concesión administrativa que la Xunta otorgó a Ferroatlántica para explotar las hidroeléctricas en 1992 vincula sin embargo ambas actividades, la condiciona al mantenimiento del empleo y advierte de que el derecho al aprovechamiento energético podrá anularse si las fábricas dejan de ser rentables.

Los representantes del personal de la comarca fisterrá dejaron claro en la reunión que el plan industrial que presenta la empresa es ilegal -porque contraviene las concesiones- y rechazaron negociarlo para convertirse en cómplices.

El plan industrial de Ferroatlántica prevé una inversión de 165 millones en España, 75 en Galicia, entre la planta de silicio solar de Sabón (42 millones, la mitad financiados con un crédito del Ministerio de Industria); otros 9 millones para la fábrica de carbón vegetal y otros 23 para modernizar el complejo de Cee y Dumbría. La CIG denunció ayer en un comunicado la desproporción entre los beneficios que supondrá la venta de las centrales y la inversión que recibirá Galicia, que reduce a 55 millones a repartir en los próximos cinco años. Las cifras demuestran, dicen, que la venta de las centrales es una operación "especulativa" para resolver "los problemas financieros de las empresas del grupo relacionados con la construcción". Censura que la firma no precise la rentabilidad que logra de los ríos ni de la mina de cuarzo de Serrabal, que están en la base de proyectos como el de I+D Ferrosolar, que sin embargo sólo desarrollará en Arteixo su primera fase.

Plan de FP Dual

El equipo de Pedro Larrea añadió un elemento nuevo al plan industrial con el que busca vencer la resistencia del personal a la venta de las hidroeléctricas. Se trata de un proyecto de relevo generacional en el complejo de Cee y Dumbría, en el que 79 trabajadores tienen más de 55 años, 45 están entre los 55 y los 61 y 34 superan esa idea. Ferroatlántica propondrá a la Xunta desarrollar un ciclo de Formación Profesional dual en la rama siderometalúrgica al que destinará un presupuesto no inferior al 1% de la masa salarial del complejo fabril.

Ferroatlántica, integrada desde el año pasado en el grupo Ferroglobe, explica que la alta especialización de su actividad "dificulta la captación de personal", lo que requiere un plan de formación propio en la zona, que dará oportunidades a la juventud de la comarca.