Los trabajadores que la multinacional Ferroglobe, a la que Ferroatlántica pertenece desde 2015, cumplieron ayer su amenaza y entregaron a la dirección de la empresa y a la Consellería de Emprego el preaviso de una huelga de 24 horas que realizarán entre las seis de la madrugada del 10 de marzo y la misma hora del día 11. El paro está convocado contra la venta de las seis centrales hidroeléctricas que la multinacional explota en los ríos Xallas y Grande de Fisterra.

De nada sirvió que el presidente de Ferroatlántica y consejero delegado de Ferroglobe, Pedro Larrea, desembarcase ayer en la factoría de Brens (Cee) con el plan industrial, prometido el pasado otoño y ahora concretado en cifras: 100 millones de inversión en Galicia y la creación de 200 empleos directos y 300 indirectos. El comité de empresa de Cee y Dumbría rechaza cualquier plan que pase por la venta de los saltos de agua, pero además advierte de que no tiene garantías de su cumplimiento y que, en última instancia, de llevarse a cabo, se quedaría en la mitad, como mucho unos 50 millones de inversión y 120 empleos.

El portavoz del comité de empresa de Cee y Dumbría, Alfonso Mouzo, detalló ayer que el máximo directivo de Ferroatlántica cuantificó en la reunión la deuda de la compañía en 390 millones de euros, una cifra que fuentes de la firma evitaron confirmar. El sindicalista recordó que si la multinacional pretende destinar parte de lo que obtenga por la venta de las centrales (255 millones brutos, 153,4 netos, según el acuerdo firmado) a saldar deudas, como reconoció Ferroglobe a las autoridades bursátiles el pasado día 1, apenas tendrá fondos para el plan industrial formalmente presentado ayer. Y más cuando la inversión global de ese plan asciende a 200 millones en toda España. Mouzo comentó que Pedro Larrea dejó claro a los representantes de los trabajadores que sin la venta de los saltos de agua, el grupo no dispone de liquidez para invertir siquiera en el mantenimiento de las factorías, necesario para que conserven su operatividad actual. "Efectivamente las cuentas no salen", juzgó el portavoz del comité.

Fuentes de Ferroatlántica explicaron ayer que los 255 millones brutos previstos en el acuerdo de venta con el fondo canadiense Brookfield se quedan en 153,4 netos tras descontar el pago del acuerdo de leasing que Ferroatlántica tiene con los bancos y con las centrales hidroeléctricas como garantía. Algo menos de 100 millones de euros, tras los que la firma se quedaría con 153,4 millones, suficientes para cubrir las inversiones previstas en Galicia. Es uno de los argumentos que ayer empleó Pedro Larrea en su visita a la comunidad para reunirse con la plantilla y que la firma detalló en un documento enviado a la prensa: Si la inversión supera a lo obtenido con la venta no se puede hablar de especulación. Larrea negó que las fábricas vayan a cerrar -las califica como "la joya de la corona de Ferroatlántica"- y que su rentabilidad esté unida a las centrales: "Posiblemente seamos la única empresa industrial que apueste por incrementar su plantilla en A Costa da Morte, en Galicia y en España más de un 40%", dice, pero advierte: "La venta de las centrales es imprescindible no sólo para mejorar sino para asegurar lo que tenemos". Las inversiones prometidas ayer por Larrea a los trabajadores de Cee y Dumbría y las versiones de ambas partes son las que siguen:

-Inversiones en Cee y Dumbría. La compañía se compromete a invertir 51 millones en el complejo para crear 100 empleos directos y 150 indirectos. El plan comprende el horno 23 de ferrosilicio que, según la plantilla, Ferroatlántica prometió hace ya décadas. Esta inversión absorbería, según el comité de empresa, unos 20 millones de euros y generaría 20 empleos que la multinacional eleva a un centenar. A esto se añade una planta de sinterización (reciclaje de óxidos o lodos de manganeso), similar a otra prevista en Santander, que según la firma calculó allí, daría empleo a ocho trabajadores. El plan prevé además la fábrica de carbón vegetal ya anunciada con 9 millones de inversión y la creación de 20 empleos directos y 76 indirectos, según cifras de la propia empresa. Su ubicación definitiva tampoco fue concretada ayer. Ferroglobe garantiza el mantenimiento del empleo en las factorías de Dumbría y Cee durante siete años y un plan de relevo generacional que permitiría relevar con prejubilaciones a 46 empleados.

-Sabón. Pedro Larrea confirmó su previsión de invertir 50 millones -la plantilla los reduce a 9-en la planta de silicio solar de Sabón, anunciada a finales de septiembre como un proyecto seguro y a partir de octubre, condicionado a la venta de las centrales de la comarca de Fisterrra. El empleo ya detallado en otoño serían 90 trabajadores directos y 150 indirectos.

-Resto de España. El plan industrial incluye una inversión de otros 100 millones en el resto de España, donde se crearían además otros 175 empleos directos y 250 indirectos, según los cálculos de la compañía. Ferroatlántica tiene el respaldo del comité de empresa de Santander, un centro que no dispone de centrales hidroeléctricas, pero no el de Fisterra y Huesca, también con otros seis saltos de agua en venta.

El consejero delegado de Ferroglobe ofrece diálogo a los trabajadores y a los "garantes del interés público", en una referencia velada al frente común político contra la venta, e incluso opina que la Xunta "tendría que ver" el proyecto "con buenos ojos", porque, argumenta, no pide "nada ilegal". El directivo critica la huelga "imposible de justificar", que puede amenazar además las primas de interrumpibilidad" y advierte de que sin la venta, se pone en riesgo el futuro de los centros de trabajo. "El tiempo se agota", concluye.